William Croes | La Prensa.- Los productos cárnicos se venden bien medidos en los pequeños comercios de la ciudad. El precio de la res, pollo y marrano tiene a los consumidores comprando de poquito en poquito. Ahora se demora el doble del tiempo en salir la mercancía que se exhibe en los refrigeradores.
En carnicerías de zonas populares, como Barrio Unión, ahora venden una res cada 10 días, cuando hace un año y medio los dueños pedían a los distribuidores tres o cuatro semanales. Esto indica que las personas demoran una semana y media para comprar 157 kilos, cuando antes en siete días superaban los 400 kilos de carne de res.
Los elevados precios de la cadena de distribución y en la venta final del producto han incidido enormemente en la cantidad de carne que consumen las personas. “Ahora quienes hacen las compras diarias se llevan más que todo carne molida, porque pueden comprar diario un puñito de 500 o mil bolívares”, expresa Martha Romero, dueña de un frigorífico en Barrio Unión.
La limitada compra de carne y la preferencia hacia los subproductos o trastes de la res y el pollo por parte de los consumidores repercute de manera directa en los dueños de carnicerías. “Nos cuesta mucho reponer la inversión, además que cada vez que compramos a los distribuidores nos aumenta entre 300 y 500 bolívares”, expresa Romero.
El pollo por kilo está llegando a las carnicerías en 1 mil 800 bolívares con una diferencia menor a 500 bolívares con respecto a la carne de res que está llegando a canal a los mercados en 2 mil 400 por kilo.
“Los márgenes de ganancia están ajustados a lo que establece el gobierno, nosotros no somos los culpables y el consumidor lo sabe”, expresa Romero, quien vende el kilo de carne en 4 mil 200 y el pollo en 2 mil 500.