Isabella Delgado | La Prensa.- Al menos 60 estudiantes del liceo nacional bolivariano Miguel José Sanz se retiraron entre 2013 y 2015. La matricula pasó de 350 a 290 alumnos. Al retirarse, presentaron su carta aceptación de otras instituciones. La migración coincidió con las fallas en la distribución de comida para el alumnado. Hace un año terminó por eliminarse el servicio, beneficio bandera del programa de educación bolivariana.
El caso del Miguel José Sanz no es un caso aislado. La matricula de escuelas y liceos regidos por el programa bolivariano de educación perdieron 108 mil 352 estudiantes entre los años escolares 2012-2013 y 2014-2015, de acuerdo a la Memoria y Cuenta del Ministerio de Educación de los años correspondientes. Al comparar las cifras oficiales de los dos años escolares, se calcula que 13 mil 136 estudiantes dejaron los liceos parte
del programa. La matricula pasó de 104 mil 379 alumnos en el año 2012-2013 a 91 mil 243 en el 2014-1015.
Pero no todos se salieron del sistema escolar. Al hacer la misma comparación pero en la
matricula total de educación media, que incluye el programa bolivariano, el nacional regular y escuelas técnicas, la diferencia es solo de 2 mil 646 estudiantes menos, mientras que la educación privada ganó mil 664 alumnos. Robert Rodríguez, profesor del pedagógico y colaborador de fundación Memoria Educativa de Venezuela, presume que la migración interna obedece principalmente a las fallas del servicio de la Corporación Nacional de Alimentación Escolar (CNAE).
Durante los últimos años escuelas y liceos han denunciado fallas en la distribución de comida para comedores. La jefe de la Zona Educativa, Mirna Víes, ha aceptado lasirregularidades en al menos tres declaraciones a los medios de comunicación. Para este trabajo no se le pudo contactar. Rodríguez apunta a que los estudiantes prefieren irse a las instituciones que todavía reciben parcialmente el servicio para tener comida asegurada. Para Manuel Galindez, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación (Fenatev) Lara hay tres factores principales de incidencia: no hay comidas en las escuelas; ausentismo prolongado porque los padres se llevan a sus hijos a hacer cola y jóvenes que salen del sistema para trabajar y ayudar económicamente a sus padres. “De bolivariano queda puro nombre. Ahora se convirtieron en media jornadas. Como no hay comida en los comedores despachan a los alumnos al mediodía”, aseguró.
Básica también se sacude
De acuerdo a las Memoria y Cuenta, la matricula total de la educación básica en Lara también recibió un sacudón. Pasó de tener 231 mil 689 alumnos para establecerse en 220 mil 511 estudiantes. Es decir, el sistema que incluye escuelas estadales, nacionales, bolivarianas y autónomas tiene 11 mil 178 estudiantes menos. El único reglón que subió fue la primaria privada, que absorbió mil 768 estudiantes.
Según la Memoria de 2013-2014, la deserción de estos dos sistemas fue de 18 mil 487 estudiantes. Galindez asegura que las cifras de deserción del gobierno se quedan cortas con respecto a la realidad. “Por lo menos un 30% de la población estudiantil ha desertado por culpa del gobierno nacional”, destacó. Rodríguez explica que el de crecimiento o inercia de matrículas son síntomas de un retroceso del sistema educativo. Venezuela, dice, es un país que está en constante crecimiento y por ello considera que ‘Lara está en retroceso‘.
Detrás de los cifras de los documentos ministeriales están larenses como María, habitante de Santa Isabel y una madre de cinco niños menores de 9 años. Este año escolar ninguno ha entrado a las aulas de la escuela La Lagunita porque no hay comida ni en el comedor ni en casa. María resuelve la comida diaria con los pocos productos que puede conseguir a precio regulado, y los niños andan siempre detrás de su madre,
de cola en cola. Al hablar del futuro dice: “El año que viene los mandaré a la escuela, si es que la situación mejora y hay comida”.