LA PRENSA DE LARA | Agencias.- Se suma otra víctima a la extensa lista de menores de edad que han muerto en el país a la espera de un trasplante, procedimientos que están suspendidos desde 2017. Luis Jhosue Acevedo, un niño de 5 años de edad, falleció el martes 26 de octubre en el Hospital Clínico Universitario de Caracas.
«Mi hijo tenía muchos deseos de vivir, de ser policía, ser bombero y es algo que no se puede porque ya se fue. Él no se quería ir, él tenía muchas ganas de luchar, ¿hasta cuándo van a morir más niños? Es como si no les da la gana de darse cuenta de nada, es un dolor que a uno le embarga», dijo entre lágrimas a los medios de comunicación Juliarbis Acevedo, madre del pequeño.
La mujer hizo un llamado a los entes gubernamentales para que reactiven los trasplantes y eviten que los niños sigan muriendo.
«Puede ser tu mamá, tu tía, tu primo, te puede pasar a ti. Yo no puedo con este dolor tan grande que me embarga por mi bebé, que él quería luchar tanto, no puedo», expresó.
Luis Jhosue Acevedo pidió en sus últimos deseos que se reactivaran los trasplantes en el país. Así lo relató Fabiana Garantón, directora de la Fundación Santi y sus Amigos, quién acompañó a los familiares del niño a dar declaraciones a la prensa.
«Entendamos que cada niño es único, lo que es un número para ustedes es el hijo, el hermano, el sobrino de una familia; es el amigo de un niño más que tiene la esperanza de no perder la vida en esta batalla por un trasplante, creo que es momento de actuar, de dejar la burocracia y de poner manos a la obra para poder salvar a todos los niños que hoy, como Jhosue, tienen la esperanza de ser bomberos, de ser policías, de ser hasta astronautas», señaló Garantón.
El silencio de las autoridades
Hasta el pasado 15 de septiembre, 14 niños habían muerto en lo que va de año a la espera de trasplante en el servicio de Nefrología del Hospital Dr. José Manuel de los Ríos. Sin embargo, se desconoce el número de fallecidos en todo el país porque no hay cifras oficiales al respecto.
La Organización Nacional de Trasplantes de Venezuela (ONTV) fue la ejecutora del Sistema de Procura de Órganos para Trasplante (SPOT) hasta el año 2014, cuando el Ministerio de Salud suspendió sus funciones y se las adjudicó a la recién creada Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene).
A partir de ese momento, el número de trasplantes que se realizaba en el país comenzó a disminuir, y finalmente el 1 de junio de 2017 Fundavene notificó la suspensión del programa donante de órganos de cadáver en todo el país.
La medida, que en su momento se dijo era temporal, fue atribuida a la escasez de medicamentos inmunosupresores de mantenimiento, las fallas del tratamiento previo al trasplante, las deficiencias en la red hospitalaria, el deterioro de los servicios y la migración del personal calificado.
En los últimos cuatro años han dejado de realizarse en el país 960 trasplantes, de los cuales 150 pudieron ser para niños, niñas y adolescentes.
Aunque se dijo que la reactivación del programa de trasplantes fue uno de los temas que se abordó recientemente en las conversaciones entre la oposición y el gobierno de Nicolás Maduro, las autoridades en el país guardan silencio con respecto a este tema.
Cabe destacar que la delegación de Maduro suspendió la ronda de negociaciones que se efectuaría el domingo 17 de octubre en la ciudad de México, luego de que se efectuara la extradición a Estados Unidos del empresario colombiano Alex Saab.
A principios de agosto, Diosdado Cabello negó que la crisis hospitalaria del país fuese responsabilidad del chavismo y responsabilizó a las sanciones económicas de Estados Unidos por la suspensión de los trasplantes del país.
J. M. de los Ríos en condiciones críticas
Un informe realizado en 2013 por la Contraloría General de la República reveló que el Estado venezolano ya era consciente en ese entonces de que el Hospital J. M. de los Ríos no satisfacía la demanda de los servicios de atención médica y hospitalaria que requiere la comunidad.
El documento evidenció las carencias de personal, servicios médicos con fallas operativas, equipos médicos inoperativos y/o con desperfectos, insuficiencias de insumos, medicamentos y material médico quirúrgico, así como de bienes indispensables para la prestación de un servicio pediátrico con la calidad y excelencia esperada, y deterioro de la infraestructura física del principal hospital de niños del país.
De 34 servicios que tiene el J. M. de los Ríos, actualmente no están funcionando cardiología, terapia intensiva, y neurología. Además, hay otras áreas que también están por cerrar porque sus condiciones son verdaderamente críticas.
De 17 máquinas de diálisis disponibles en este hospital, funcionan menos de 10. Una situación que se repite en todos los centros destinados para este tratamiento.
Desde el 21 de febrero de 2018 a los niños del servicio de nefrología le fueron otorgadas medidas cautelares por parte de la CIDH. Y en agosto de 2019 se sumaron otros 13 servicios.
En el hospital tampoco disponen de insumos médicos, de servicios de rayos X o laboratorios. Los ascensores se encuentran dañados, mientras que la comida es muy deficiente, y muchas veces no apta para los niños que padecen de ciertas patologías.
Pese a las condiciones del hospital, las autoridades de este centro médico en ocasiones se niegan a recibir donaciones de parte de ONG venezolanas.
El domingo pasado, un cargamento de alimentos donado por la ONG Santi y sus amigos no pudo ingresar al centro médico. Así lo denunció en redes sociales el coordinador general de Monitor Salud, Mauro Zambrano.
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