martes, 7 octubre 2025
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Comunicación es clave para uso del control parental en niños

Psicólogos recomiendan a los padres establecer límites claros y razonables con el uso del control parental para los dispositivos tecnológicos de los niños.

El control parental es una herramienta tecnológica que permite a los padres tener acceso al contenido que consumen sus hijos a través de sus dispositivos móviles. Psicólogos y psicopedagogos, como expertos en conducta humana, sostienen que es necesario mantener una sólida comunicación para evitar fricciones o problemas de convivencia familiar.

Estos conocedores de la materia recalcan que la comunicación tiene que ser acorde a la edad del menor, en niños menores de nueve años debe ser abierta y basada en la confianza, enseñándoles los peligros y el comportamiento adecuado en línea, promoviendo la interacción en familia y estableciendo reglas claras y consecuencias, mientras que en los ya adolescentes la comunicación debe ser sin prejuicios, de escucha atenta y de sinceridad, ya que al adolescente no se le debe ocultar que está siendo monitoreado a través del contenido y de las plataformas digitales que frecuenta.

Google Family Link, Qustodio, Norton Family, Kaspersky Safe Kids y Bark son algunas de las aplicaciones más utilizadas para el control parental; sin embargo, hay familias que no acuden a ella, sino que hacen una revisión semanal aleatoria de los dispositivos.

Comunicación es clave para uso del control parental en niños

Herramientas que buscan proteger al niño

Para el psicólogo y presidente del Colegio de Psicólogos del estado Lara, Gerardo Sánchez, el debate sobre la efectividad y la ética de las prácticas parentales modernas se centra en una distinción fundamental que es la diferencia entre el control conductual y el control psicológico. Esta diferenciación, crucial para un desarrollo infantil y adolescencia saludable, establece los límites del ejercicio de la autoridad por parte de los padres.

«El control conductual o del comportamiento es una forma de guía racional y necesaria. Consiste en establecer límites claros y razonables que se dirigen a las acciones u omisiones objetivamente observables del menor, mientras que el control psicológico es definido como una práctica perjudicial que ejerce una injerencia directa sobre el mundo interno y subjetivo del niño o adolescente y los padres y representantes deben saber esta diferenciación», señaló Sánchez.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en informe de 2024, concluye que el control parental es una herramienta que, si se usa bien, puede proteger a los niños y adolescentes que usan dispositivos móviles, pero que debe ir acompañado de un buen diálogo entre las partes (padres e hijos) y del desarrollo de competencias digitales. Según la Red Latinoamericana de Acogimiento Familiar, tres de cada cinco niños en la región goza de cuidados parentales.

La especialista en conductas infantiles, Yenny Sandoval, agregó que los padres deben crear una atmósfera de confianza para conversar con el adolescente sobre sus hábitos en el internet, con quién interactúa, qué páginas visita, y hacerle entender que como padre hay una preocupación.

«En la adolescencia es cuando está el mayor reto, por eso se debe llegar a acuerdos sobre el tiempo que estará usando el dispositivo móvil, especialmente para juegos o redes sociales, enseñarles el peligro existente cuando se da información personal», establece.

Comunicación es clave para uso del control parental en niños

Niños pueden ser más hábiles que el control parental

La psicólogo, Janny Lizcano, propone a los padres informarse en torno a las actualizaciones del mundo digital para conocer el entorno cibernético en el que el niño o adolescente se desenvuelve y establecer un horario durante el cual tenga responsabilidades, deberes y derechos y no sólo se sienta invadido, sino que sienta que tiene derecho a distraerse.

La habilidad y el ingenio de los niños y adolescentes les permiten encontrar maneras de desactivar las herramientas de control parental. A pesar de que los padres utilizan estos controles para tareas, como filtrar contenidos no deseados, limitar las horas de uso de la pantalla, bloquear juegos y aplicaciones e incluso saber dónde están (geolocalización), los menores suelen ser lo suficientemente astutos como para burlar estas restricciones digitales.

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