La familia como bastión, fortalecida desde la unión y valores encabezados por el respeto son los pilares recomendados por religiosos para recibir este 2025, aferrados a Dios y con buenas intenciones para trabajar en el desarrollo del país. Mientras, psicólogos y terapeutas recalcan la importancia del amor propio, cuidar la salud mental y no fijarse falsas expectativas que sólo dejan depresión o frustración.
Cuando las personas están ancladas a Dios saben de caridad. Así lo expresa Jesús Láres, párroco de la iglesia Inmaculada Concepción, quien destaca que de allí nos proviene el optimismo como venezolanos, centrados en la esperanza de bienestar con la visión de una nación en paz, con justicia y enfocados en el deseo de estudiar o trabajar para el desarrollo como sociedad.
«Todo empieza haciendo el bien como familia y así hacemos el país», indica que es estar enfocados en los valores del respeto, honestidad, solidaridad, amabilidad y compromiso por hacer el bien. Trabajar por las aspiraciones personales y profesionales, sin esperar a depender del Estado, aunque las instituciones públicas tienen el deber de garantizar las condiciones de protección a la familia. Recalca que entre todos podemos aportar e invertir con el talento humano.
La valentía es resaltada por el pastor Jaiker Salas, quien pide recordar las promesas de Dios y así poder levantarse en cada dificultad. Cada día es apreciado como una página en blanco y exige aprender a vivir confiados en Él en la escasez y abundancia. «No perdamos la fe y sigamos adelante, sin quedarnos paralizados, abrumados», precisa de la importancia de la preparación de los jóvenes para ejercer profesiones, confiando en la productividad y seguros de las bendiciones del Todopoderoso.
Instan a la sociedad a no dejarse abrumar por situación política en 2025
La situación política planteada con la juramentación del presidente de Venezuela a principios de 2025 no debe propiciar falsas expectativas y que se corra el riesgo de caer en frustración por determinado momento político. Esto lo considera el psicólogo, Luis Alberto Oropeza, hay que vivir sin que la felicidad y bienestar dependa de determinadas fechas ni anticiparse a los acontecimientos que luego puedan dejar la sensación de pesimismo y hasta sentimientos de culpa.
«No hay necesidad de centrar la estabilidad emocional en lo político», explica de lo indispensable de nutrir la salud mental sin frustraciones ni depresiones, porque las metas deben venir acompañadas del plan de acción con decisiones contundentes y sin transformarse en desesperanza. Son metas realistas y bajo el control de cada persona, sin depender de terceros o determinada circunstancia.
Los compromisos se asumen desde lo personal, sin proyecciones fuera del alcance en 2025. De hecho, hasta considerar emigrar es una decisión determinada por la planificación que asegure una estabilidad. El optimismo debe estar fundamentado en indicadores que impulsan a trabajar y dar lo mejor de sí, entendiendo la madurez política y los contextos nacional e internacional. «Para entender la realidad colectiva, empecemos por la individual y saber manejar nuestros sentimientos», indica de no dejarse arrastrar simplemente por lo emocional.
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