Osman Rojas | LA PRENSA.- Arriesgarse a contaminarse o morir es el dilema en el que se encuentran los pacientes que llegan a la emergencia del Antonio María Pineda que necesitan una transfusión sanguínea para mantenerse con vida.
Y es que desde hace dos semanas el hospital se encuentra sin reactivos para aplicar exámenes a los donantes lo que obliga a los médicos a hacer las transfusiones a todos riesgo.
“Se habla con el familiar y si él está de acuerdo se procede”, dice con resignación el doctor Ruy Medina, director sectorial de salud en el estado Lara.
El galeno explica que las personas están expuestas a contraer hepatitis o incluso VIH o Sida. “Es un riesgo que debemos correr. Tenemos bolsas y tenemos donantes pero sin reactivos”, explica.