Osman Rojas | LA PRENSA de Lara.- Dicen que la vida no tiene precio, pero aparentemente, la de los enfermos con cáncer sí. Aunque esto suene cruel y hasta inhumano la crisis sanitaria que hay en el país deja contra las cuerdas a los pacientes oncológicos quienes dependen de unos 600 dólares mensuales para poder cumplir con sus tratamientos.
De acuerdo a lo explicado por los enfermos, en este momento los Seguros Sociales (hospitales que históricamente se han encargado de distribuir medicamentos de alto costo) están sin tratamiento lo que obliga a los pacientes a viajar a países como Colombia para poder adquirir allí sus medicinas.
«Llevamos un informe médico sellado y firmado por el médico tratante. Nos llevamos copia de cédula, récipes y buscamos a gente de la fundación Liga Contra el Cáncer en Cucúta y si no logramos un contacto vamos a farmacias particulares. Allí compramos las quimioterapias«, explica Fernando Filindro, paciente oncológico y miembro de la Cátedra de Derechos Humanos en el estado Lara.
Según los pacientes, un tratamiento quimioterápico en Colombia puede costar 400 dólares (el precio puede bajar a unos 300 si el fármaco se obtiene por medio de fundaciones). A eso hay que sumarle otros medicamentos como hormonas que son suministradas en algunos casos para evitar reacciones adversas y diluyentes (soluciones 0,9). Entre estas cosas se van otros 100 dólares que eleva el precio de las quimioterapias a 500 dólares.
El dolor de cabeza no termina allí, pues la paralización de centros especializados como el Servicio Autónomo de Oncología (SAO) obliga a los pacientes a pagar en centros privados por la aplicación de tratamientos. Allí los enfermos desembolsan en promedio otros 100 dólares lo que eleva el costo total del tratamiento a 600 billetes verdes.
«Nuestra vida tiene un precio. El que no tenga plata está condenado a morir porque en el Seguro Social llegan muy pocas medicinas. La gente debe buscar por fuera sus tratamientos y eso representa plata que muchos no tienen en la actualidad», comenta Filindro.
Este hombre es una clara muestra de la debacle sanitaria en la que está inmersa el país, pues recibió una orden el pasado mes de febrero para que le entregaran Decapeptyl mensual (medicamento para tratar a las personas operadas de cáncer de próstata) y hasta la fecha no ha recibido ninguna de las 6 quimioterapias preventivas. «Tengo una, porque la mandó mi hijo. El resto hay que buscarla en Colombia y vale unos 300 dólares cada una», comenta.
Esta realidad afecta a unos mil 500 pacientes oncológicos que estima la Fundación Conciencia por la Vida, Fundación de Pacientes Oncológicos y Patológico (Fundaconvive) hay en la región. «Todas las patología extremas y graves son graves pero los pacientes oncológicos son peor porque las medicinas son de alto costo y el Gobierno no las trae. Los enfermos deben pagar por tratamientos que se suponen son gratuitos», comenta Víctor Martínez, representante de Fundaconvive.
Aunque en Lara no se tienen registros de cuántos pacientes oncológicos han muerto en lo que va del 2019 (estos números no los entrega el Gobierno) se estima que en lo que va de año ya se han superado los 38 enfermos con cáncer que, se calcula, fallecieron en el 2018.
«Cada vez que una personas es diagnosticada con cáncer el sufrimiento es doble porque no es sólo lidiar con la enfermedad sino también soportar el fantasma de la escasez. Es imposible no pensar en la muerte», dice el oncólogo Miguel Baletty.