Víctor Rodríguez | LA PRENSA DE LARA.- La inocencia de los niños hizo dejar a un lado todas las problemáticas de los guaros, quienes buscaron lo más accesible para que el día no pasara desapercibido. Padres de familia tuvieron como principal opción plazas y parques al aire libre para ahorrar algo de dinero.
El Parque José María Ochoa Pile, mejor conocido como el Parque del Este, fue el más concurrido a pesar de que la semana que acaba de cerrar es de siete días de cuarentena radical. Sin embargo, las familias buscaron pasar un rato distinto con los consentidos en su día.
«Con los pocos recursos buscamos la manera de celebrar en familia. Soy docente y ya todos saben de cuánto es nuestro sueldo que no alcanza para nada», expresó Oscar Suárez, quien se encontraba en el Parque del Este con sus hijos y su esposa.
El disfrute de los niños se desbordó en el parque donde disfrutaron al máximo jugando con pelotas, en columpios, toboganes y corriendo a lo largo del campo.
«Me he montado en todo el parque, vine con mis tíos desde San Felipe, soy de Yaracuy», dijo la pequeña Gabriela Moreno, quien a sus apenas siete años de edad mencionó que su sueño es ser diseñadora de modas ya que le encanta el fashionismo, además ya incursiona en este mundo como modelo.
Los integrantes de la Asociación Club Corsa Barquisimeto 2021 se pusieron de acuerdo para festejar junto a los niños y se reunieron en el centro de la ciudad, donde realizaron juegos didácticos acompañados de payasos, pintacaritas y muchos dulces.
«Lo he pasado al máximo en este día, hemos hecho muchísimos juegos, nos han dado regalos, muchos dulces», expresó emocionada Camila Alvarado, quien derrochaba alegría por donde pasaba junto a sus amigos.
Malas condiciones
A muchos representantes les preocuparon las condiciones en las que se encontraba el Parque del Este, ya que representaba cierto peligro para los chamines.
Uno de los toboganes tenía la lámina suelta, la telaraña para escalar tenía desprendido un alambre y cualquier niño podía hacerse daño, el sube y baja estaba inoperativo.
«Yo tuve que ponerle unos palos al tobogán porque los niños podían hacerse daño, podían cortarse al deslizarse. Deberían hacerle un cariñito para que puedan disfrutar sanamente», expresó el señor Enrique Pérez preocupado por niños.