miércoles, 6 noviembre 2024
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Larenses se exponen al virus por inconsciencia

María B. Jordán | LA PRENSA de Lara.-& ;Las calles del centro de la ciudad y el poco transporte público que está operativo son caldos de cultivos para el coronavirus, pues a los larenses parece no importarles el cumplimiento de las normas preventivas contra esta pandemia que ha cobrado la vida de más de 344 mil personas en el mundo.

En horas de la mañana se puede ver cómo las personas andan del timbo al tambo en el centro de Barquisimeto, algunos en busca de comida, otros por medicamentos, mientras que otros están camino a su trabajo. El detalle está en que la mayoría incumple con el distanciamiento social, uso del tapabocas y lavado de las manos con frecuencia.

«Durante la cuarentena es la primera vez que salgo y me quedé sorprendida como está el centro lleno de gente, en cada esquina se puede ver cómo se genera aglomeración«, expresó María Yústiz, una ama de casa que dijo que le parece una imprudencia de la gente salir a las calles sin las más mínimas normas de prevención.

A diario el centro parece época de Navidad por la cantidad de personas que está de compras, pero esa gente asegura que salen de sus casas para buscar alimentos y tener alguna reserva. Esta necesidad de comprar artículos de primera necesidad obliga a la gente a hacer colas unos encima de otros.

Aunque en los comercios exigen como obligatorio el uso del tapabocas y dan alcohol o antibacterial a los clientes antes de entrar, la exposición al virus estando afuera sigue siendo alta.

Y es que no solamente se trata del centro de Barquisimeto donde la aglomeración se ve desde lejos. En oficinas de Gas Lara, por ejemplo, la gente hace colas enormes para pedir su bombona. «Yo por ejemplo salí a pedir el gas, pero hay mucha gente, se puede ver cómo en las cola está uno pegado del otro. Al ingresar nos dan alcohol, pero de nada sirve si afuera estamos todos aglomerados», comentó el señor José Hernández.

Los mercados populares también son otro sitio donde la aglomeración comienza por el comerciante, que a su vez no cumple con el lavado o desinfección de las manos mientras intercambia billetes o productos con sus clientes. Esta situación de riesgo, que bien podría ser calificada como un hervidero de bacterias por la Organización Mundial para la Salud (OMS), es incontrolable para los comerciantes que buscan resolver su día a día en medio de una crisis económica sin precedentes, así como también para los compradores que cazan los alimentos a un mejor precio.

En las paradas bien sea de Transbarca o del poco transporte público que hay en las calles también se acumulan las personas, en especial en las horas de la mañana y al mediodía.

«En las paradas de Transbarca los que están sentados y los que hacen la cola esperan todos juntos y uno no sabe quién pueda tener el virus sin presentar síntomas y ese es el riesgo», dijo Carmen Aguilar, quien admite que las mismas personas son los que incumplen las normas.

Aguilar detalló que el poco transporte público que está trabajando propicia la acumulación de personas. «Sabemos que no podemos andar en las calles, pero hay que comprar comida y eso nos obliga a salir, pero eso también hace que nos toque esperar más tiempo en las parada o subir a unidades repletas de gente porque muy pocas están prestando el servicio», señaló.

Mal uso

Hay quienes andan haciendo sus diligencias, pero el tapabocas lo tienen de adorno. Algunos los llevan en las manos, otros en el cuello y hay quienes que se atreven hasta salir sin él.

Otro de los casos son los padres que a pesar que si usan el tapabocas, sus hijos no, siendo una irresponsabilidad porque están exponiendo a los más pequeños de la casa, por lo que así tampoco están cumpliendo con las medidas de prevención.

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