Osman Rojas | LA PRENSA.- Tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe. De la manera menos pensada, la crisis hospitalaria salió a la luz pública y ahora el problema para las autoridades (regionales y nacionales) es explicar el deterioro de instituciones que, a los ojos del mundo, ya no sirven por falta de insumos e inyección de recursos.
La fotografía de una mujer pariendo en la sala de espera del área ginecobstetra en el Seguro Pastor Oropeza fue la gota que derramó el vaso. En menos de seis horas, la imagen de la mujer desnuda dando a luz en una silla de hierro se hizo viral, dejando claro que las denuncias que han realizado los médicos sobre la crisis humanitaria en los hospitales se han quedado cortas.
Esto es una vergüenza. Denigran a la mujer y violan sus derechos. La imagen es inhumana, grotesca”, fueron las palabras de Daniel Ceballos, médico ginebcostetra, luego de ver la foto que se volvió viral en las redes.
El especialista asegura no haber visto nada parecido en su carrera como doctor y responsabiliza a los gobernantes por llevar a los hospitales a ese estado.
En los países más pobres del mundo hay condiciones dignas para las parturientas, pero en Venezuela tenemos hospitales que se caen a pedazos y a médicos recibiendo partos en salas de espera y nadie dice nada. Esto asombra al mundo entero”, dijo indignado.
La imagen de la parturienta en el seguro social es el colofón de una serie de problemas (estructurales e institucionales) con los que debe lidiar el sector público en Venezuela. Falta de espacios físicos, escasez de insumos y ausencia de personal han convertido a los hospitales del país en centros de agonía.
“Somos una gran morgue”, con esas palabras el doctor Antonio Franco, jefe de la Emergencia en el Hospital Central definió, hace un par de meses, la situación del Antonio María Pineda.
Franco hacía alusión directa al incremento de muertes maternas y neonatales en los centros públicos. Según números que maneja el grupo médico Lara Entera por la Salud, la mortalidad infantil se ha incrementado en un 5 % este año, mientras que el incremento de parturientas muertas es de un 4 % con respecto al 2016.
La crisis ya no se puede ocultar y las autoridades han visto cómo dentro de los hospitales se deben improvisar áreas para poder atender a los pacientes”, fue otra de las denuncias realizadas por el especialista.
La Prensa ha podido constatar de primera mano estas aseveraciones. En un par de ocasiones en lo que va de año, el Hospital Pediátrico se ha visto en la necesidad de hospitalizar a niños en los pasillos porque las áreas especializadas están repletas.
Personal del área de neonatología del Antonio María Pineda, también ha tenido recluir niños en cajas de cartón porque no hay incubadoras para atenderlos. Pacientes oncológicos, diabéticos y quemados también han enfrentado la crisis en los centros públicos.
Pastor Oropeza Se cae a pedazos
Señalado como la joya de la corona durante mucho tiempo, el Pastor Oropeza ha sido, quizás, el centro médico que mayor credibilidad ha perdido en las últimas 48 horas.
La imagen de una parturienta dando a luz en una silla de la sala de espera del área ginecobstetra le ha dado la vuelta al mundo y como si fuera poco, el personal médico ha roto el silencio.
No estamos mejor que otros hospitales de la región”, fueron las palabras de un residente que prefirió guardar su nombre al momento de hablar con La Prensa.
El informante destaca que, a pesar de recibir dotación de forma constante por parte del ministerio, lo que mandan no alcanza ni para una semana.
Tenemos guantes e inyectadoras, pero eso se acaba rápido. Aquí tampoco hay antibióticos y no tenemos relajante muscular. Nos quieren vender como un hospital modelo, pero la verdad es que somos uno más del montón”, fue la dramática confesión del médico.