Jordán / López | LA PRENSA DE LARA.- Una polémica en el gremio médico de Lara se formó este jueves, luego que el fiscal general, Tareck William Saab, anunciara la detención e imputación de una médico residente del Hospital Pediátrico Agustín Zubillaga, quien se negó a atender a una paciente el pasado 2 de noviembre y cuyo rechazo quedó grabado en un video que rápidamente se viralizó en las redes. Al respecto, los médicos exigen que se cumpla con el proceso de investigación adecuado, así como también se tomen en cuenta las limitaciones que existen en el sistema de salud público en torno al déficit de personal e insumos.
El video que desató el rechazo de la población larense, fue grabado por la madre de una pequeña de 11 meses de edad que la llevó a la emergencia del Pediátrico con un cuadro febril, y que la doctora Francis Alejandra Lameda se negaba a atender porque, según alegaba, su caso podía ser atendido en un ambulatorio, pues el principal hospital de niños de Barquisimeto estaba destinado para otro tipo de emergencias más complicadas. La madre de la niña, en medio de sollozos, reclamaba atención, pero la residente insistía en que debía llevarla a otro centro de salud y que ella estaba ocupada llenando una historia médica que requería urgencia.
Lameda fue detenida la noche del miércoles para enfrentar un proceso de interrogatorio en medio de una investigación por el delito de omisión de atención médica. 20 horas después fue liberada bajo régimen de presentación, cuya medida fue condenada por el Colegio de Médicos que lo califica como una violación a los derechos humanos. En este sentido, convocaron a una concentración para hoy a las 8:30 am en la sede de la Vargas. «Rechazamos la medida del fiscal general, cuando se ignoran otros hechos violatorios como el sistema de salud con poco personal ni insumos. Deben ser responsables quienes gerencian», precisó Marcial Daza, miembro del Colegio de Médicos, quien además aseguró que la paciente había sido atendida ese martes en la mañana, cuyo médico ordenó unos exámenes de laboratorio que pudieron chequearse en cualquier ambulatorio en aras de no colapsar la emergencia del Zubillaga.
De allí que Daza y el cuerpo de residentes se mostraran sorprendidos cuando Saab señaló este jueves que se trataba de una niña de 4 años, presuntamente, víctima de abuso sexual porque se desconocía de ese diagnóstico cuando la bebé fue atendida en horas de la mañana del martes. «Sólo se supo que la paciente presentaba fiebre y previamente había sido atendida», señaló.
La celeridad con la que el Ministerio Público manejó el caso levantó una ola de reacciones, que aún con el temor de declarar por presuntos amedrentamientos se reunieron alrededor de 100 residentes en asamblea con directivos del gremio y así plantear toda la situación que encierra este procedimiento judicial, que ignora la capacidad de respuesta en este principal centro pediátrico con limitaciones de 75% en enfermeras y con algunas guardias nocturnas sin especialistas, correspondiendo a los residentes con la sobrecarga asistencial que les toca la emergencia, donde a los médicos les toca asumir roles de enfermeros que toman la vía y hasta de camilleros, cuando les corresponde llevar al paciente a otros servicios.
Se pronuncian
Tanto el gremio y la Sociedad de Médicos Internos y Residentes se pronunciaron ayer para aclarar la situación, pero también para solicitar al Fiscal General, para que así como actuaron con celeridad para la detención de la residente, también lo hagan para investigar la falta de insumos.
Deyanira Gentile, secretaria de Organización del Colegio de Médicos, expresó la indignación del gremio con la situación. «Averigüen la falta de personal y de insumos que tanto lo hemos denunciado durante todo el año y en especial los últimos meses», y además pidió una reunión con las autoridades sanitarias para que les den una explicación de los casos que se han presentando y que no pueden seguir sucediendo porque están golpeando a todo el personal de salud.
«Señor Tareck, así como busca la justicia, también investigue la falta de insumos y de personal en los centros de salud para que las personas sean atendidas. No es posible, que a través de un video procedan contra una residente sin mirar las otras partes del hecho«, dijo.
Juan Araujo, presidente de la Sociedad de Médicos Internos y Residentes, apuntó que lo único que quieren es trabajar y a pesar que lo hacen sin condiciones los siguen golpeando. «No nos sentimos cómodos con la falta de insumos que hay, no tenemos ni espacios buenos para trabajar», y aseguró que funcionarios actuaron con celeridad con un tema que está fuera de contexto.
«Queremos que se valore nuestro trabajo», dijo Araujo, quien al mismo tiempo aseguró que los residentes pasan por situaciones difíciles cuando se enfrentan a una realidad en los centros de salud que las autoridades no las resuelven.
«Es importante aclarar que la señora que graba el video y que es la madre de la paciente había sido atendida en 3 oportunidades ese mismo día y al momento en que lo grabó estaba solicitando que le revisaran resultados de unos exámenes de laboratorio, mientras que al mismo tiempo la doctora Lameda no podía dejar de atender a un niño complicado con una meningitis«, explicó la doctora Gentile, añadiendo que en ningún momento le negaron la atención al paciente.
Vacío latente
Esa realidad en torno al déficit de personal denunciada por los residentes fue confirmada por Elda Jiménez, presidenta de Colegio de Enfermeras de Lara, quien señala que desde hace 2 años no hay nuevo ingreso en el Hospital Pediátrico luego de la diáspora del personal y la falta de motivación ante la carga asistencial, con sueldos insuficientes para cubrir sus pasajes o gastos en alimentos.
Precisa al ambiente de vacío con apenas 25% de las enfermeras en este centro asistencial, donde no llegan a 350 y se trataban más de 1.500 profesionales. «Esto suma preocupación al tener el área para pacientes covid-19, donde se tendrían que contar con 40 enfermeras y considerando 2 por cada paciente«, explicó y tiene el promedio que se deberían contar con el mínimo de 80, al considerar la demanda en Emergencias con intubados de trauma shock. «No es posible, que se conoce de oportunidades con uno solamente para covid-19», se lamentó.
«Es el pan de cada día porque no hay personal«, rezongó y advirtió que el ambiente es tan desolador, que los profesionales prefieren estar fuera del país hasta sin ejercer, mientras el resto opta por las atenciones esporádicas a domicilio con tarifas dolarizadas. Ni siquiera son atractivos los convenios que han expresado ante universidades, que simplifica requisitos desde la entrada por pasantías y simplemente con la carta de culminación, dando tiempo a estar luego agremiados. Pero la UCLA también es estricta con el compromiso de responsabilidad y garantía en la protección de bioseguridad.
El equipo de La PRENSA aún espera por la respuesta del doctor Javier Cabrera, director regional de Salud, quien no pudo atender a 6 llamadas telefónicas para conocer el balance del personal existente en el pediátrico y saber las medidas en torno a este caso.
Es el segundo caso& ;
Los residentes no terminan de salir del asombro de la velocidad con la que se han tratado los procedimientos judiciales con dos casos en menos de 14 días. El precedente lo marcó el médico Jaime Fuenmayor, quien en menos de 24 horas fue llamado a declarar y se conocía el posible cargo de homicidio culposo, de acuerdo a las investigaciones que aún siguen por el Cicpc por el deceso de una paciente, luego de una jornada de esterilización en el Hospital Central Antonio María Pineda.
A este médico de tercer año en ginecobstetricia se le mencionaba como el presunto responsable del fallecimiento de la paciente caroreña, de 36 años. A lo que el grupo, alrededor de 240 residentes se sumó en apoyo por las investigaciones y a reconocer el verdadero diagnóstico de la causa de la muerte posintervención, que se determinó por tromboembolismo pulmonar, siendo una de las causas inherentes a cualquier operación y relativa a cada paciente.
La medida fue de mantenerse en asambleas permanentes, sin cirugías electivas.
También sufren los oncológicos
El drama que tienen por las limitaciones para pacientes crónicos arropa a los oncológicos infantiles que son atendidos en el Hospital Pediátrico Agustín Zubillaga, y fue tanto así que la falta de personal en enfermería los estremeció a principio de semana, cuando reclamaron que alrededor de 30 niños no podían cumplir con su ciclo de quimioterapia, principalmente por déficit de enfermeras.
Anny Sánchez lo vivió con su hija Darianny, quien a sus 12 años sufre de osteosarcoma y tuvo que hacer el sacrificio de conseguir $15 para ser atendida por la Fundación Higea. Ella aún lamenta cómo algunas madres tuvieron que «correr» a buscar el dinero, porque atraviesan una situación económica muy crítica con gastos permanentes, en los que solamente la consulta de algún especialista no baja de $30 y sin contar los exámenes de rigor para el control médico.
«Estuvo tan fuerte que el martes retomaron, porque un licenciado se comprometió en apoyar. Entendemos que están las fallas por déficit de personal, pero también esos profesionales que siguen dando la cara por vocación», explica la madre de esta paciente que fue intervenida el 13 de mayo de 2021 en Caracas, perdiendo parte de la cadera y le amputan la pierna derecha.
Cuenta que aplauden a las enfermeras que intentan cubrir toda la demanda, al punto de ser una por área de quimioterapia, mientras otra se dispone en sala y así administrarles el tratamiento a los pacientes complicados, además de esos que ameritan hospitalización por cada ciclo.
Precisa, que anteriormente contaban con dos enfermeras por cada área para evitar el riesgo de posibles emergencias, al tratarse de grupos numerosos con hasta 17 niños. De allí, la necesidad de mayor vigilancia, considerando que se trata de cuadros que puedan tener reacciones fuertes y se descompensen. Se trata de ciertos casos con dosis más alta y requieren de la debida hidratación con seguimiento cada 12 horas.
A Darianny sólo le faltaría un ciclo de quimioterapia para principio de 2022 y comparte esa misma zozobra que el resto de pacientes con este tratamiento.