Osman Rojas | LA PRENSA.- Los empleados públicos en Lara no aguantan la pela. Desde que arrancó el año los docentes, médicos, enfermeras y hasta el personal que trabaja en Corpoelec ha salido a las calles con el objetivo de exigir mejoras salariales. Pancartazos, marchas y paros a tiempo indeterminado son algunas de las acciones emprendidas por los afectados.
“La quincena de un empleado público en Lara no alcanza ni para comprar un kilo de arroz. 700 mil bolívares es lo que estamos cobrando las enfermeras del Hospital Central. Nosotras exigimos un aumento inmediato porque sino vamos a renunciar de forma masiva”, advirtió en días pasados la licenciada Elda Jiménez, presidenta del Colegio de Enfermeras, en la región.
Las exigencias de aumentos salariales no son nuevas; sin embargo, las manifestaciones se han intensificado en los últimos días. Según los números que maneja el grupo médico Lara Entera por la Salud (Oles) en la última semana se han registrado 40 manifestaciones en centros públicos. A eso hay que sumarle las cinco protestas de Corpoelec que se suscitaron en la segunda semana del mes de junio.
“El sueldo de los trabajadores tocó fondo. El Gobierno nacional no entiende que el salario ya no alcanza para nada. Los trabajadores de Corpoelec no aguantamos más esta crisis. La empresa está paralizada y se van a quedar sin trabajadores si no hay una respuesta de manera inmediata”, soltó Miguel Ángel Sosa, representante del sindicato en la compañía eléctrica.
El directivo confiesa que el 55% de la nómina activa en Corpoelec renunció y asegura que esa cifra podría verse incrementada en los próximos días.
El pasado miércoles 20 de junio el presidente Nicolás Maduro anunció un nuevo ajuste salarial. La decisión lejos de alegrar a los empleados públicos indignó mucho más a los trabajadores que se plantean seriamente la posibilidad de renunciar a sus trabajos para dedicarse a cualquier otra cosa.
“Es lamentable decir esto pero los empleados que cumplen horario se condenan a ellos mismos. Es muy difícil ser trabajador de instituciones públicas en estos momentos porque las personas prefieren vender cambur en sus casas que depender de un quince o un último”, dice el doctor René Rivas, presidente del Colegio de Médicos en el estado Lara
Tan dramática es la situación que atraviesan los empleados públicos en la región que, según los datos que manejan las casas gremiales, entre dos y tres personas por semana están renunciando a sus cargos n hospitales o ambulatorios. “Ya no aguantan la pela y esa es una realidad que nadie puede negar”, concluyó Rivas.