Eduardo Soteldo | LA PRENSA de Lara.- Arduo trabajo les toca a los guaros cuando van a las colas de gasolina. Horas y horas, e incluso días deben esperar los larenses para equipar el carro por las irregularidades en el despacho que impiden abastecer la demanda.
Quienes aguardan en las kilométricas colas han optado por buscar maneras para matar el tiempo y que como asegura Iber Rodríguez «pase lo más rápido posible».
Él es uno de los tantos conductores que deben pasar calamidades para llenar el tanque, y en medio de las colas se unió con otro grupo de choferes para sentarse, armar una mesita y deslizar las piezas del dominó para distraerse en la amarga espera.
Entre las historias que logró encontrar La Prensa al conversar con los conductores en la fila, se topó con la de a Georman Castillo, un comerciante que se lleva en su carro su mandolina y durante las agotables horas de espera toca para distraer la mente. «Nos pusimos a tocar cualquier cosa, y así pasa uno la noche», soltó.
Con música y un poco de ánimo para no caer en la desesperación Castillo soporta el titánico trabajo que significa aguardar por uno o dos días para ser atendidos en las bombas.
Reveló que le ha tocado «darle a pie» y «hacer maromas» porque desde hace tres meses no tiene gasolina y su trabajo como comerciante lo demanda.
Hay quienes apelan por la tecnología y se meten de lleno en sus teléfonos móviles y con la aplicación que se popularizó en la cuarentena «Ludo Club: Divertido juego de dados», pasa el mal rato.
«Nos tocó jugar ludo un rato para poder pasar el tiempo», narró Arnaldo Rojas, quien también confesó que se turno con sus acompañantes para dormir en la noches; por seguridad «un rato duerme uno y el otro descansa», todo para estar pendiente de sus autos en las largas y oscuras noches a las que está sometido el venezolano por poco más de 30 litros de gasolina.
Las charlas y los «cafecitos» entre quienes se hacen amigos en las colas no faltan.
En Barquisimeto, este tipo de historias se consiguen en todas las bombas, y es que desde que comenzó la distribución de la gasolina importada desde Irán, el lunes 01 de junio, las colas no han cesado y la incansable búsqueda por el carburante se ha intensificado sin apreciarse, de momento, ninguna mejoría.
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