Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Con un acta en mano y cansados por el abandono, el personal sanitario considera que sobrevive en el CDI «Manuel Sánchez», en Cruz Blanco. Se mantuvieron en protesta ayer por la mañana y no prestaron servicios para llamar la atención de la autoridad sanitaria ante las deficiencias con el servicio del agua, falta de insumos y necesidad de rehabilitación de infraestructura. No aguantan seguir cargando tobos de agua porque llevan varios meses con la bomba hidráulica dañada y señalan que han llevado el caso ante la Dirección regional de Salud, pero sin conseguir respuestas.
Al llegar al centro asistencial se escuchaba la molestia de los pacientes, quienes no pudieron ingresar porque el personal sanitario estaba reunido y llegaron al acuerdo de cerrar las puertas, culminada la asamblea. En letras mayúsculas se podía leer en sus pancartas, esa exigencia de insumos y del restablecimiento del servicio de agua. Este fue el detonante porque desde noviembre de 2021 se les dañó la bomba y deben cargar en envases para los diversos servicios. Denuncian entre las consecuencias inmediatas la falta de desinfección de áreas, ignorando la prevención por covid-19. Se limita el uso de sanitarios tanto para pacientes, como para el personal, y teniendo a personal que ha sufrido infecciones o cistitis.
El equipo de La Prensa intentó ubicar a Javier Cabrera, autoridad sanitaria regional, quien no responde. Pero el personal confirmó que a mediodía llegó un representante de salud, quien les obligó a suspender la paralización y ofreció ayuda con más envases para almacenar el agua.
Según Diusmarlis Henriquez, se trata de la tercera reunión que realizan por la falta de presupuesto que persiste en este centro de salud con 14 años de servicio. Además de tener casos en los que no cuenta con antihipertensivos, inyectadoras ni agua y a los pacientes les ha tocado orinar en las áreas externas del CDI.
Durante el recorrido, se confirmó la precaria situación de este recinto con varias áreas con techo obstruido y que genera filtraciones, algunos servicios sin lámparas, baños entre la penumbra y hediondez, incluso ese que señala «de uso exclusivo para el personal médico». En emergencias, sólo cuentan con una camilla en buen estado porque las otras 2 están rotas, hasta una que había sido forrada por un paciente. El área de curas tiene dañado el lavamanos y denuncian que les ha tocado atender suturas, alumbrándose con celulares por falta de iluminación. Además de sillas sin espaldar y el estante sigue esperando por acetaminofén, analgésicos, antibióticos y otros medicamentos.
El comedor tiene cañerías tapadas, sólo funcionan 3 de las 6 hornillas, además que se apreciaba un frasco de compota con aceite porque el personal colabora con algunos ingredientes. La lavandería tiene el techo cayéndose a pedazos. Además que triaje respiratorio no cuenta con desinfección por la falta de insumos de camareras y está muy cerca de rehabilitación.