Jordán/López | LA PRENSA DE LARA.- Al menos 33 casas de las parroquias Concepción y Catedral del municipio Iribarren están en emergencia. Los techos de cañ;a brava y las paredes que son de adobe, bahareque y ladrillos presentan grietas y filtraciones, lo que hace que con las constantes lluvias y el pasar de los días colapsen y se derrumben poco a poco.
De acuerdo a datos de los bomberos de Iribarren, 33 casas están en emergencia, divididas entre 27 en Concepción y seis en Catedral. Las lluvias de los últimos días ocasionaron que una de las viviendas coloniales de la carrera 15 con esquina de la calle 27 se le cayera la pared de adobe y el techo de cañ;a brava, pertenecientes a tres cuartos de la vivienda.
«Con las primeras lluvias del mes se cayó una pared de una casa, pero días después los bomberos dieron orden de desalojo a la otra donde vivían mi mamá y mi abuelo, a los días se derrumbó la pared y el techo», dijo Amarilis Yépez.
Alfredo Luque, quien también es uno de los afectados en la carrera 15 con esquina de la calle 27, dijo que el Instituto de Vivienda realizó una inspección social, pero no les dieron solución. Agregó que no hay interés por parte de las autoridades porque ese caso lo registraron y quedó en las mismas condiciones. «En las noches se escucha cómo se agrietan las paredes», dijo que teme que en cualquier momento la casa se caiga.
Maribel Rendón, quien vive en la carrera 15 entre 28 y 29, dijo que siente temor de estar en la casa. «De cuatro cuartos sólo habían dos porque los demás tienen las paredes y techo desplomado, y tengo un hijo con discapacidad y he entregado solicitudes en todos lados y nadie viene a hacer ni una inspección o reparar». La fachada también está en mal estado y necesita con urgencia reparación.
De acuerdo al Comité de Tierras Urbanas, en esa misma zona, 10 casas tienen orden de desalojo; sin embargo, no todos lo han hecho porque no tienen a dónde ir. Aseguran que de todos esos casos tienen conocimiento las autoridades, pero hasta la fecha no han realizado nada para mantenimiento ni rehabilitación de las casas que están en emergencia.
Sin dolientes
Sólo quienes tienen ese sentido de pertenencia por las raíces de la ciudad conocen el valor de conservar estas casas coloniales. Lloran por la falta de intenciones gubernamentales que permitan conservar ese patrimonio que se resguarda entre los fuertes pilares y el entramado del techo con cañ;a brava.
Ese dolor lo lleva el costumbrista Iván Brito, quien no se cansa de reiterar la falta de interés de los organismos competentes para evitar que se desplome esta parte de la historia, que trasciende del céntrico casco colonial de Barquisimeto. «Cuando uno hace la revi