LA PRENSA de Lara | VICE.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha agregado el padecimiento a su lista de enfermedades o a su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), junto con la adicción a los video juegos. Esta declaración se realizó el pasado fin de semana en la Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra, un evento en el que los 194 países miembros de la OMS se reunieron del 20 al 28 de mayo para la 11ª revisión del manual de salud.
La OMS define el agotamiento o burn out como «resultado de estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito». Y se caracteriza por tres síntomas: «1) sensación de cansancio o disminución de energía; 2) sentimientos de negatividad o cinismo relacionados con el trabajo; y 3) reducción de la eficacia profesional». Esto quiere decir que la situación es peor que un lunes depresivo, es querer golpearte la cabeza contra la pared cada vez que piensas en tus deberes y fechas de entrega.
Es posible que la decisión de la OMS pueda influir en la legislación de países como Japón, China, Corea del Sur e India, donde el exceso de trabajo está causando graves daños sociales.
En Japón, es completamente normal trabajar 60 horas a la semana y algunas personas llegan a trabajar hasta 100 horas. Y eso no solo está causando que los hombres de negocios se duerman en la calle, sino también una tasa de insuficiencia cardíaca mayor, suicidio y, literalmente, la muerte por exceso de trabajo.
Del mismo modo, en Corea del Sur se realizan competencias anuales para ver quién aguanta hacer nada durante más tiempo para recordarle a las personas que se tomen un descanso. Mientras que en China, los horarios de trabajo ya no son de nueve a cinco, sino de 9 am a 9 pm, seis días a la semana. Incluso los indios son bastante propensos a terminar agotados debido a la cultura de trabajo «siempre activa»en el país que exige que trabajen más horas para obtener mejores ganancias financieras.
La cultura asiática es tan grande que nuestros padres o figuras de autoridad siempre nos han dicho que debemos esforzarnos hasta el límite si queremos lograr algo.
«La mayoría de las personas se vuelven irracionales con el agotamiento porque no disminuyen la velocidad», dice el psicólogo clínico y autor Seema Hingorrany. «Nos han dicho que no seamos perezosos e incluso nuestros padres nos lo piden porque han trabajado muy duro». Entonces, en nuestra mente se activa una competencia y nos presionamos a nosotros mismos porque pensamos que a nuestro primo o vecino le está yendo mejor. Muchos de mis pacientes incluso se sienten avergonzados por tomarse un año sabático porque sus familiares los juzgan. Tengo pacientes que llegan y me dicen que tienen ansiedad o depresión y luego se les diagnostica agotamiento. Si se declara como un diagnóstico médico, la gente al menos entenderá el concepto de agotamiento».
Con la clasificación médica de la OMS llega la esperanza de que las empresas de todo el mundo conozcan mejor el bienestar del personal y sean menos estrictos con las horas de trabajo. Aunque eso no suceda, al menos, podríamos advertirle a nuestros amigos y familiares si notamos signos de agotamiento y tendríamos más poder para rechazar un trabajo excesivo.