martes, 26 noviembre 2024
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Hackearon la computadora de su docente y cobraban por alterar las calificaciones

Diego López | LA PRENSA de Lara.- Todo comenzó en el primer año de preparatoria de uno de los implicados cuando en una clase, no pudo ingresar a su usuario y la docente le facilitó el nombre de usuario y la contraseña del administrador.

«Pensé: tal vez podría usar esto en otro lugar. Comencé a buscar y descubrí que funcionaba en todas las computadoras de la red. Quería ver si podía ingresar a una cuenta de usuario», comentó.

En su segundo año, el estudiante involucrado entabló una estrecha amistad con otro que tenía más conocimientos en el área de la codificación y aquí fue donde realmente comenzó la fechoría.

«Durante mi segundo año me hice amigo de otra persona que sabía mucho más sobre codificación que yo. Descubrió cómo mover las cámaras de seguridad de la escuela usando un programa llamado NetVu Observer, que encontramos después de descubrir las direcciones IP de las cámaras y meternos a una pantalla azul con un menú. No era necesariamente lo más legal, pero era algo divertido que hacer».

La intención de los alumnos era averiguar cómo obtener un nombre de usuario y una contraseña para ingresar a la red. «Mi amigo y yo apuntamos las cámaras a un aula donde sabíamos que la maestra entraba y salía constantemente. Usamos las cámaras para ver cuándo partía antes de que acabaran las clases y logramos detener la puerta antes de que se marchara. Ella no se había desconectado, así que tuvimos acceso a su cuenta».

A través de un key-logger (registrador de teclas), los jóvenes consiguieron el usuario, la contraseña y la información de la profesora. «Como teníamos acceso a su información, también teníamos acceso al documento de calificaciones. Ahora podíamos alterar las notas».

Lo que comenzó como una especie de «ayuda» para sus allegados que tenían problemas con una que otra nota, se terminó convirtiendo en un negocio en el cual pudieron recaudar entre 500 a 600 dólares el primer año.

«Nos dimos cuenta de que podíamos lucrar con esto si realmente queríamos, así que le pedimos a nuestros amigos que contactaran a personas con dificultades académicas, que necesitaran solo uno o dos puntos para mejorar alguna calificación. Simplemente les decíamos que nos dieran 20 dólares. Probablemente ganamos 500 o 600 dólares el primer año; no queríamos estafar a la gente y mis padres tenían acceso a mi cuenta bancaria en ese momento, así que no quería que cuestionaran de dónde había salido tanto dinero».

Lo que ellos no se imaginaban era que un día, cuando menos lo esperaban, los programadores que trabajaban en la preparatoria, se dieron cuenta y acto seguido, desvincularon las computadoras de los hackers y cambiaron las cámaras de seguridad.

«Los administradores TI realmente subestiman lo que los estudiantes pueden hacer. Siempre habrá lagunas de seguridad y una posibilidad de irrupción dentro de cualquier sistema. Realmente creo que mucha gente hace trampa, lo cual saldrá a la luz durante su desempeño en la universidad. He pensado en hacer trampa en la universidad, pero creo que las consecuencias superan por mucho a los beneficios», concluyó uno de los estudiantes que estaba vinculado con el caso.

Con información de VICE

 

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