Agencias | LA PRENSA DE LARA.- Este 27 de julio se conmemoran dos años del fallecimiento del artista plástico Carlos Cruz-Diez, considerado uno de los grandes referentes del cinetismo.
Con casi un siglo de trayectoria artística en su haber, el maestro desarrolló investigaciones cromáticas que permanecen en la memoria colectiva de todos los venezolanos.
Además de su país de origen, las obras de Cruz Diez pueden disfrutarse en otras locaciones como España, Francia y Panamá; países que también beneficiaron con su notable visión del color.
Recordamos su inigualable pasión por el arte con una selección de sus mejores obras:
Construcción en negro, blanco y rojo
De acuerdo con Cultura Genial, la obra de 1957, perteneciente al ciclo Inestabilidad en el plano resalta una de las premisas propias del cinetismo: «el estudio de las ilusiones ópticas y descontextualización de los elementos geométricos y el color».
Fisicromía
La serie forma parte de los primeros trabajos realizados por el maestro en 1959. Según lo que describe en su página oficial, recibe este nombre por «poner en juego el color luz, el color físico».
El trabajo de Cruz-Diez analiza estructuras donde la percepción del color se ve modificada por el desplazamiento del espectador en el espacio.
Cámara de cromosaturación
Quizá una de las contribuciones más destacadas por los venezolanos a lo largo de la historia.
Puede apreciarse en el Museo de la Estampa y el Diseño, en Caracas, y tal como lo describe su sitio web «es un ambiente artificial compuesto por tres cámaras que sumergen al visitante en una situación monocroma absoluta».
Induction du Rouge
Desarrollada en 1981, es un concepto basado en «la persistencia retiniana», lo que indica que la permanencia del color se centra en la retina, y al esta observar otras superficies continúa modificada por la persistencia anterior.
Cruz-Diez en la calle
La obra Cromointerferencia del color aditivo se convirtió en una de las grandes referencias de los venezolanos en los últimos años.
Y es que aunado a la crisis económica que atraviesa el país, muchos decidieron retratarse sobre estos espacios expuestos en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar como una forma de llevar su identidad a tierras lejanas.
De acuerdo con medios locales, esta obra de 1978, concebida para la Venezuela de entonces, continúa siendo una de las intervenciones más celebradas del artista.
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