EFE | LA PRENSA.- El suizo Roger Federer se le notó la falta de competición tras seis meses sin un partido oficial, pero superó al austríaco Jurgen Melzer en su debut en el Abierto de Australia.
Federer superó la prueba de fuego al imponerse a Melzer, de su misma quinta, con 35 años, rival incluso en su época de juniors por 7-5, 3-6, 6-2 y 6-2 en dos horas y seis minutos, con mucho esfuerzo, alternando pasajes del partido en los que encadenó fallos, propios de su ausencia en el circuito, con delicados toques de su habitual repertorio.
No era fácil la puesta en escena del suizo después de perder con el canadiense Milos Raonic el ocho de julio del pasado año en las semifinales de Wimbledon. Su rodilla necesitaba tiempo y cuidado y solo su participación en la Copa Hopman a principios de este año le había servido para prepararse, y además Melzer le había ganado en el último enfrentamiento, hace seis años en la tierra de Montecarlo (6-4 y 6-4).
La presión por empezar con victoria en un territorio en el que ha levantado la copa en cuatro ocasiones también pesaba, y aparte el austríaco planteó batalla, e incluso pudo ganar el primer parcial cuando dispuso de una ventaja de 4-2.
Federer tuvo que apretar los dientes. Se despistó algo más en el segundo set, donde sufrió un bajón físico, pero en los dos últimos pasó a un ataque contumaz, en el que basó su victoria.
Ya en segunda ronda se enfrentará contra el estadounidense Noah Rubin, de la fase previa, próximo a cumplir 21 años, 200 del mundo, que derrotó a su compatriota Bjorn Fratangelo por 6-7, 7-5, 3-6, 6-2 y 6-2.