jueves, 21 noviembre 2024
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U.E. Estadal Dr. Leonardo Ruíz Pineda I se cae a pedazos

Luis F. Colmenárez | LA PRENSA DE LARA.- Al borde del peligro. El posible regreso a clases para el venidero año escolar 2021 —; 2022 aumenta la preocupación en los padres y representantes de los 417 niños que estudian en la U.E. Estadal Dr. Leonardo Ruíz Pineda I, ubicada al oeste de Barquisimeto, pues esta escuela que también podría recibir a estudiantes de educación media está a punto de derrumbarse.

Las paredes ya lucen agrietadas, mientras que los techos están llenos de huecos y las áreas verdes full de monte. Este panorama hace que aunque el presidente de la República, Nicolás Maduro anunciara que las actividades académicas pudiesen regresar a la normalidad después de año y medio a distancia por restricciones apegadas a la pandemia de COVID-19, la comunidad de Ruíz Pineda considere que no están dadas las condiciones para que los niños acudan a este plantel que está funcionando desde 1.972.

«Yo estudié en esta escuela desde sus inicios y me da dolor ver como hoy día está tan descuidada», lamenta el señor Ángel Colmenárez, quien ha formado una alianza con algunos vecinos para mantener hasta donde puedan las instalaciones.

Cuenta que el cuerpo de Bomberos de Iribarren ha levantado cinco expedientes que indican que la institución no está en condiciones de recibir grandes cantidades de personas, pues en cualquier momento la estructura puede colapsar y generar una tragedia.

«Acá estudian muchos niños y siempre andan corriendo por todos lados, da miedo que en el momento menos pensado se caiga una de esas paredes», dice.

La escuela está en tan pésimo estado, que enormes grietas atraviesan cada uno de los salones que recibirán a los pequeños en el mes de octubre, mes en el que se estima el retorno a las aulas.

«En Caracas hay un proyecto que quedó paralizado. El mismo establece que debe ser demolida esta estructura porque hubo un error en los cálculos y por tal motivo se debe construir otro edificio con ayuda de la nueva tecnología para que los chamos puedan seguir estudiando en un lugar seguro», precisa Colmenárez.

Vecinos de la comunidad comentan que durante la gestión de Carmen Meléndez, en el periodo 2017-2020, fue aprobada una «Gótica de Amor» que nunca llegó.

Hace dos años, varias personas se organizaron y pusieron empeño en recuperar varias áreas, entre ellas la cancha deportiva, el parque del preescolar y la depuración de las áreas verdes, pues si algo abunda en la escuela es monte, situación que enciende las alarmas, pues el mismo puede servir de escondite para distintos animales.

«Incluso, entre varios comenzamos a cambiar parte del techo de los salones, porque ya parecían un colador» comenta el señor Ángel.

Ahora que se tomó la decisión de que la institución también albergará estudiantes de bachillerato en las tardes, la preocupación es mucho mayor ya que la cantidad de personas que estarán expuestas al peligro, es aún mayor.

«En la comunidad tenemos a la concejal Martha Leal, pero yo no he visto que se preocupe por la escuela, solo la utiliza para hacer reuniones y poner a la gente a hacer ejercicio de vez en cuando», denuncia William Túa.

Las personas coinciden en que tanto el gobernador Adolfo Pereira, como el alcalde Luis Jonás Reyes parecieran no tener conocimiento de la existencia del dicho plantel, y es que en todo el tiempo que llevan desempeñando sus cargos, no se han apersonado en el lugar.

«Necesitamos que vengan para que vean que no les estamos metiendo mentiras», dice el señor Ángel, quien además cuestiona a los dirigente sociales del sector que no hacen público un problema tan grave como este. «No se si les da miedo que el Gobierno sepa lo que está pasando», añade.

Otro de los servicios que desapareció en el plantel fue el del Programa de Alimentación Escolar (PAE), y es que durante un tiempo el mismo se encargó de alimentar a los niños con la ayuda de seis madres procesadoras.

Quedan sin nada

La falta de alumbrado dentro de la escuela se ha convertido en un completo dolor de cabeza, y es que aunque cuentan con tres vigilantes que se turnan y cada noche velan por la seguridad del plantel, la delincuencia no ha dejado de hacer de las suyas.

Aires acondicionados, ollas del comedor, reflectores de luz, bombonas de gas y hasta las pocetas del baño, han sido algunos de los objetos que han sido hurtados.

«En la cancha solo quedan dos de los cuatro reflectores que colocamos hace dos años, pero necesitamos varios metros de cables porque también se los robaron y esto queda a oscuras cuando cae la noche», dice Colmenárez.

Asimismo, la institución solo cuenta con cuatro bombillos operativos, los cuales si bien reconocen que son de gran ayuda para los vigilantes, se quedan cortos para cubrir todas las áreas de la escuela.

 

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