El Guaro Mirón | LA PRENSA.- De ser todos unos profesionales en el mundo de la repostería, ahora mis amigas y amigos torteros pasaron a ser magos, no por el amplio aprendizaje que amerita este arte sino por la habilidad que deben tener para hacer que aparezcan la chorrera de ingredientes que necesitan a la hora de preparar los suculentos postres.
Hasta “malabares” les toca hacer, pero con los billetes, a la hora de tener que aflojar mínimo mil bolívares por algún ingrediente que es vendido de forma al detal, por lo que no les queda de otra que desembolsillar sus churupitos.
Entre tanta quejadera de la gente, pero con razón, sobre el alto costo de los alimentos, productos de higiene personal, ropa, zapatos y hasta electrodomésticos, los panas reposteros no duraron en contactarme para contarme el drama que atraviesan para sobrevivir en el mundo de la repostería.
En un recorrido que realicé por varios comercios donde venden tortas, pude constatar el problema. La mayoría se ha visto en la obligación de bajar la producción diaria pero hay a quienes les ha tocado peor aún, cerrar las puertas de sus negocios.
El pana de “Daniel Tortas” de Barrio Unión, fue uno con los que conversé, me contó que a diario debe salir a tirar flechas en busca de azúcar, harina, huevos, mantequilla y leche.
Admite que ahora todo lo compran en el mercado negro, por no decir en el bachaqueo. En oportunidades les toca comprar graneadito, lo que afecta más en el costo del producto final. Ese último punto es el más neurálgico del asunto ya que pega en el bolsillo de los clientes que aunque conocen de la situación real, deben estar precavidos a las subidas de precio que casi realizan de forma semanal. Ojalá esto mejore porque ya casi que ni una tortica se va a poder comer uno el día de su cumpleaños, porque o no la hay o están caras.