viernes, 22 noviembre 2024
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Cansados del hedor a cloaca

Rosalinda Peñaranda | LA PRENSA.- Más de quince días tie­nen los residentes de Santa Ines, soportando el “foco de infección” como lo consideró Eneas To­rres, propietario de la ca­sa 18-89 de la calle 54 A entre 18 y 19, que se ha producido en el sector por el colapso de las cloa­cas.

Las calles afectadas son las 53, 54, y sobre todo la calle 54 A por los edificio de la residencia ciudad del sol, siendo los más perjudicados, no las per­sonas de los edificios, si­no los residentes de las casas que están en fren­te, por la diferencia del nivel del suelo en que es­tán las viviendas.

Las aguas negras co­menzaron a brotar por los inodoros, los cachim­bos y hasta por pequeñas obstrucciones en el asfal­to, por las orillas entre la acera y la calle, y por la boca de visita que está frente a la reconocida ca­dena de farmacias de la Pedro León Torres.

Los vecinos tienen las aguas residuales, en el patio y en el garaje, El se­ñor torres comenta que “el viernes tuve que salir con mi familia a almor­zar fuera de la casa por­que no aguantábamos el olor”, pues en ocasiones es tanta el agua que brota por el patio, que ha esta­do a punto de entrar has­ta la cocina por la puerta trasera.

La familia torres evita utilizar el baño que está en planta baja porque el agua se estaba devolvien­do; optaron por usar los que tienen en los cuartos del primer piso, porque estando a un nivel más alto, disminuye el riesgo a que colapse.

Estas aguas se unen y van bajando por las calles hasta la carrera 19, reco­rriendo toda ésta hasta desembocar en una al­cantarilla que está en la calle 52. El hedor recorre todo el trayecto junto con el agua y se queda im­pregnado en las casas que están alrededores. Algunas sin tener proble­mas con las cloacas, de igual forma tienen que soportar el repugnante olor.

Los carritos de perro ca­liente que están entre la 53 y 54, hacen la comida bajo estos olores nausea­bundos; los vendedores aseguran que el último fin de semana las ventas estuvieron bajas porque los clientes estacionaban sus carros, pero cuando se iban a bajar a com­prar, sentían el hedor y se iban sin hacer ningu­na compra.

Hace una semana Hi­drolara mandó una má­quina para destapar el drenaje, pero esto fue en vano, porque nada se so­lucionó, cuestiona Eneas Torres, quien hace un llamado a al Consejo Mu­nicipal, a Sanidad y a Hi­drolara, para que tomen medidas efectivas que solucionen el problema presente en la comuni­dad.

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