Rosalinda Peñaranda | LA PRENSA.– Desde su silla de rueda con un cepillo en la mano, a sus 72 años de edad, Irma Marchan barre el agua que se desborda por uno de los inodoros que está en el patio de su casa, para evitar que los cuartos se inunden de estas aguas fétidas; problema al que se enfrentan al menos 20 familias que residen en la calle 46 entre carreras 27 y 28, comunidad Simón Rodríguez.
Quienes habitan esta cuadra, evitan usar el baño porque en los dos Últimos meses el agua ha comenzado a devolverse por los inodoros porque las cloacas de toda la cuadra están colapsadas, por tal razón que a diario toman sus cepillos de barrer para apartar las aguas residuales que brotan de los desagües del patio o del garaje, y apartar también los nauseabundos olores que se producen y les impide almorzar tranquilamente.
Desde hace 4 años atrás, la comunidad comenzó a tener problemas con las cloacas, según declaran los vecinos, y desde entonces Hidrolara hace visitas seguidas al sector, para destapar los conductos; pero el trabajo que hacen resulta ser algo superficial, que como mucho les soluciona por 2 o 3 meses, y luego vuelven a colapsar.
‘Hidrolara ha hecho mantenimiento de las tuberías, pero ese tubo matriz necesita ser reemplazado por uno nuevo, porque ya tiene como 60 años‘ matiza Nelson Gómez, residente de la comunidad, quien hace un llamado a las autoridades, para que se aboquen y den una solución a esta problemática que está afectando gravemente a la comunidad, y en especial a la salud de dos 3 vecinos mayores con discapacidad, y la de los infantes que se la pasan jugando por la calle y salpican el agua negra.