Agencias | LA PRENSA DE LARA.- El pasado 29 de septiembre, los habitantes de El Callao amanecieron con la noticia del hallazgo de dos cabezas humanas en la Plaza El Jobo, una de las víctimas ya fue identificada.
De acuerdo con un reportaje del Correo del Caroní, vecinos aseguran que el hecho es parte del accionar de la ley que impone el pranato minero que domina la zona.
Las cabezas humanas estaban dentro de un bolso azul que, según parte policial del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), fue abandonado por un hombre con apariencia de minero.
«Vestía short blanco y franela azul, con apariencia de minero, no identificado, dejó el bolso y salió en veloz carrera y abordó una moto que tomó destino vía Caratal», expone.
La víctima identificada era Jersis Fernández Ortega, de 23 años de edad, madre de dos hijos. Era nativa de Chichiriviche, estado Falcón, la joven llevaba tres años de relación con su pareja, asesinada el pasado 23 de septiembre.
Se presume que su pareja, era apodado Chapulín y de la banda de El Perú, y sería el mismo hombre que la Guardia Nacional reportó como «abatido en enfrentamiento» en el sector Caratal, de El Callao.
Presuntamente Fernández habría entregado a su pareja a los funcionarios militares, indicó el reportero gráfico David González.
Por ello, la banda la habría secuestrado y decapitado.
La otra víctima permanece sin ser identificada. «Pudo haber sido el cobro de una deuda, una venganza o porque hablaron de más. Aquí la gente vive tranquila mientras uno no se coma la luz con esa gente (bandas mineras)», dijo un habitante de El Callao.
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