Anaís Mendoza | LA PRENSA.- Tres horas de tensión y pánico se vivieron ayer cuando la recuperación de un vehículo robado concluyó en un cruento enfrentamiento en una vivienda en la carrera 1 con calle 9 de Pueblo Nuevo. Cuatro delincuentes abatidos, un Polilara herido y un estudiante baleado fue lo que dejó el procedimiento donde participaron más de 60 funcionarios entre policías, Guardias Nacionales y Cicpc.
El terror en la zona popular del oeste de Barquisimeto se vivió también en el Seguro Social Pastor Oropeza cuando uno de los malandros heridos fue llevado a este centro de salud con una granada a punto de activarse, pero esta situación logró ser controlada por agentes del Sebin y un Polilara que fungió como héroe y evitó una tragedia en el hospital.
Todo inició a las 9:30 de la mañana cuando cuatro hampones se robaron un vehículo modelo Chery QQ, en la calle 57 con carrera 15. Dos funcionarios de Polilara iban patrullando en sus motos por esa calle, vieron a los hampones que de inmediato aceleraron, y no hicieron caso al llamado de los policías. Por esta razón pidieron refuerzos mientras los perseguían. Fue en la avenida Los Horcones, frente a la universidad Uptaeb, donde dispararon por el parabrisas trasero a los Polilara, por lo que estos accionaron sus armas.
Tres de los hampones se bajaron y salieron corriendo, mientras que el cuarto malandro se cayó a plomo con los policías, logrando herir en una pierna al oficial Wifer Yépez.
En respuesta a esto, los policías le dispararon al delincuente, quien fue trasladado al Hospital del Seguro Social donde ingresó sin signos vitales. Éste llevaba en su bolsillo una granada.
Los tres malandros que huyeron corriendo se metieron en un casa de la calle 9 de Pueblo Nuevo. En ese momento iba llegando William Hernández Valladares, de 20 años, hijo del dueño de esa casa. El muchacho había llegado de Mérida, donde estudia Turismo. Uno de los tres hampones le disparó en la espalda cuando lo obligó a entrar a la casa. El joven cayó herido en la entrada de la vivienda.
Acto seguido los delincuentes amenazaron al papá del muchacho, pero ya los policías estadales habían pedido apoyo a una comisión de la GN del destacamento 120, quienes de inmediato llegaron a la casa y ayudaron a los policías a controlar la situación de rehenes dentro de la vivienda.
Los castrenses se llevaron a William herido al Pastor Oropeza, mientras que unos 30 policías más llegaron a la casa. La tensión fue tan grande que los funcionarios pidieron refuerzos a funcionarios del Cicpc porque los choros estaban armados. “Estos tipos parecen unos robots, están mejor armados que uno”, dijo un policía.
Por ese motivo pidieron ayuda a los funcionarios del Cicpc, unos 20 agentes llegaron mientras los tres malandros estaban dentro de la vivienda. Detallaron los policías que los hampones eran tan peligrosos que tuvieron que trancar esa calle y rodearla de motos y patrullas.
Los vecinos estaban muy asustados por el despliegue que había en la calle. “Hacia atrás, todos váyanse”, decían los policías.
Para entonces ya habían pasado dos horas y los hampones seguían dentro de la vivienda. Y todos los cuerpos policiales custodiando la casa. La conmoción obligó a algunos policías a montarse en el techo de la vivienda porque los tres delincuentes se querían escapar por el patio de la casa.
Tras casi 20 minutos se escucharon cuatro detonaciones y la gente comenzó a correr. Rápidamente los funcionarios del Cicpc colocaron sus patrullas en la entrada de la vivienda y sacaron a los tres hampones heridos y los llevaron a la Emergencia del seguro donde murieron minutos después.