Anaís Mendoza | LA PRENSA.- En la entrada de un rancho de latas de color azul, y bajo la intensa lluvia estaba el cuerpo sin vida de Yeison Gabriel Mendoza Castillo (31), a quien asesinaron de tres disparos la madrugada de este domingo, cuando compartía con unos panas en el sector II con calle 5 de Colinas de San Lorenzo, a la altura de la Circunvalación norte.
Lo que parecía ser un “achante” entre conocidos terminó en una noche sangrienta. Yeison llegó a la vivienda de la calle 5, a las siete de la noche junto a su esposa y la hija de once años, relata la señora Zulay Castillo, madre del fallecido.
Iba a hacer una cola y la arrollan
La señora muy serena, trata de explicar cómo fue que mataron a su hijo. A las 11 de la noche Yeison le dijo a su pareja que era momento de marcharse de la fiesta. La pareja se fue a su residencia, ubicada al pasar la Circunvalación.
Al llegar a su casa Yeison decidió regresar al rancho donde el bochinche estaba prendido, los panas seguían tomando alcohol, jugando dominó y conversando, cuando a las 4:00 de la madrugada llegaron unos tipos encapuchados. “Eso era puro plomo lo que se escuchaba, luego unas mujeres comenzaron a gritar”, relata un vecino la calle 5.
Yeison estaba en la entrada de la vivienda cuando uno de los pistoleros lo precisó, le disparó en la cabeza y tórax, en presencia de sus amigos.
Los hampones después de cometer el crimen bajaron por la calle empinada y se perdieron por la Circunvalación.
Las heridas fueron mortales. Yeison quedó en la improvisada entra del rancho, estaba bocarriba, vestía un pantalón negro, y un suéter rojo con blanco.
Las personas lo taparon con dos sábanas y encima colocaron una bolsa de plástico porque estaba lloviendo mucho. El cadáver de Yeison estaba emparamado y un charco de sangre, mezclado con el agua de la lluvia, estaba a su alrededor.
Quienes compartían con Yeison no quisieron declarar cómo lo mataron, pues muchos no podían hablar porque estaban bajos los efectos del alcohol.
“Mi hijo pasó toda la tarde de ayer en mi casa, pero cuando quiso ir a esa reunión, le dije que dejara el invento y que se fuera a dormir. Pero no me escuchó”, acotó la madre de la víctima.
Pasajeros se salvan de milagro
La señora asegura que su hijo no tiene líos con nadie, pero una muchacha que reside por ese sector declaró a La Prensa que en la casa donde ocurrió el crimen forman bochinches los fines de semana, ella asegura que en ese rancho llegan muchos delincuentes y detalla que los residentes se quedan callados por temor.
Yeison laboraba como obrero en varios abastos del centro de la ciudad, el último lugar donde laboró es un comercial ubicado en la calle 30 de la ciudad, pero su madre dijo que dejó ese trabajo porque tuvo un problema.
Un tiro
Yeison no fue la única víctima de los pistoleros. En ese tiroteo resultó herida Yoselín Daimar Hernández Pacheco, de 19 años.
Se conoció que la muchacha estaba en esa fiesta y cuando notó que los pistoleros llegaron y le comenzaron a disparar salió corriendo, pero uno de las balas la hirió en el tórax, la muchacha fue llevada por su hermana a la emergencia del hospital.