El bautizo de sex symbol o bomba sexy no la desvela por las noches. Con sus 12 tatuajes, el cuerpazo que se gasta, en traje de baño, vestido o pijama, Carolina Petkoff no modifica su actitud, irreverencia ni coquetería.
La nieta del afamado político, escritor, economista, exguerrillero y miembro fundador del partido Movimiento al Socialismo (MAS), además de exministro de Rafael Caldera, Teodoro Petkoff “ni le molesta, ni le encanta” que la llamen bomba sexy. A pesar de que se ha construido una imagen así, no le gusta que la cataloguen como tal, pues siente que su trabajo va mucho más lejos que el de ser paradigma en el mundo del espectáculo.
La carrera en el mundo de las luces y fotografías le gustó mucho desde niña. Tenía una prima que era modelo y cuando la veía pensaba “quiero ser como ella”, tiempo que recuerda con mucha nostalgia, porque a sus 26 años confiesa que sus sueños se hicieron realidad. En sus años de adolescente veía a Playboy como un objetivo importante; quería verse en sus páginas, pero no tenía la edad para posar semidesnuda.
Aunado a los requisitos de ser alta y poseer un rostro de princesa, Carolina decidió darse un retoque en los senos para tener más curvas pronunciadas y tras dos años de espera, a los 18 años, la llamaron para posar en la versión venezolana de la revista de entretenimiento para adultos.
“Mi madre es muy conservadora. Pegó el grito en el cielo cuando vio a su hija desnuda en la revista. Con el tiempo lo aceptó y ahora es quien me acompaña a las sesiones de fotos, a pesar de que en Venezuela todavía existe ese tabú que impide a la sociedad ver a una modelo sexy como una mujer que trabaja, aunque las malas críticas no me preocupan porque me gusta lucir mi sensualidad sin caer en lo porno; me siento cómoda”,»
Resume cómo vivió el momento de posar en Playboy, el impacto familiar y cómo se siente al momento de emprender labores que están bajo la lupa.
Carolina ahora quiere mezclar su carrera como modelo con una nueva faceta, apuesta por el género urbano para emprender en un nuevo proyecto musical.
Decidió tomarse en serio otro de sus pasatiempos favoritos para darle vida a su carrera como cantante. “Me considero multifacética, puedo cantar, si me provoca puedo prepararme para cualquier cosa. Ahora la chica sexy va a cantar”, confiesa con mucha emoción.
Antes de que sea demasiado tarde. Le gusta lo que hace, pero no quiere quedarse estancada para toda la vida.
No se proyecta en un futuro sólo como modelo, pues admite que tiene muchísimos proyectos. “La carrera de modelo se acaba cuando ya tienes cierta edad y cuando tienes otra perspectiva de la vida”, por eso quiere emprender.
No le teme a las etiquetas, pero sí la desconciertan, porque para ella es irracional que el público se sienta en la posición de encasillarla; sin embargo, entiende que es parte de ese mundo y lo acepta. “Yo puedo querer vender una imagen y la gente me va a ver como le da la gana, ese es el problema, que la gente te ve como quiere y no como tú te proyectas”.
Para Carolina, las opiniones más importantes son las de su madre y la de su hija de 7 años, a la que describe como una “mini ella”. Coqueta, dulce, cariñosa y que la apoya siempre.
La pequeña es su mayor motor, su consejera y a veces hasta estilista, porque de vez en cuando le dice “mami te queda bien” y a ella eso le encanta, pues su hija se integra perfecta con su trabajo.
Como toda mujer, también busca relajarse. Su pasatiempo es ir a la playa. Le encanta el sol, el mar y las olas.
Se siente muy feliz comprando ropa y accesorios, le encanta llenar su guardarropa con prendas diferentes con las que se sienta cómoda. Pero lo que más aprecia es su rol como mamá, detrás de esa figura sensual y seductora hay una madre que hace tareas, de- sayuno, almuerzos y cenas.
Extraña su piel sin tinta
Su cuerpo está cubierto por 12 tatuajes. Tiene trazos de tinta en las costillas, glúteos, brazos, espalda y hasta en las zonas más íntimas. Sin embargo, no se considera amante de ellos.
Comenzó al tatuarse en la espalda el nombre del papá de su hija, una relación que duró 10 años y de la cual quedó su mayor regalo.
Confiesa que cuando ve sus fotos viejas extraña su cuerpo limpio, sin marcas, y afirma que si pudiera devolver el tiempo no se hubiese tatuado. Sin embargo, como “ya están en el cuerpo” no puede hacer nada y hasta ha pensado en tatuarse dos piezas más, porque un tatuaje más no marcaría la diferencia.
Asignatura pendiente
La experiencia con el papá de su hija fue buena, según cuenta. Tiene un hermoso recuerdo porque él supo apoyarla desde que comenzó con su carrera, no la juzgó y por eso pudo mantenerla por un largo tiempo; sin embargo, se acabó.
Resalta que necesita una persona que la entienda y se dé la tarea de conocerla. Que logré captar a la mujer detrás de la “bomba sexy”, que sepa dividir quién es Carolina Petkoff la modelo, y quién es Carolina Petkoff la mujer.
En la farándula venezolana se le ha vinculado sentimentalmente con “Gio”, integrante de la agrupación “La Melodía Perfecta”, relación que admitió con naturalidad y describió como “breve y bonita”.
Odia el gym
Su cuerpo sensual no es de gimnasio, revela que no lo visita mucho porque lo “odia”. Come sano, pero no hace dietas. Ama comer y no tiene reparos al momento de escoger el menú. Su secreto lo mantiene oculto, pero asegura que de vez en cuando hace cardio para mantenerse. “No me lo vas a creer, pero odio el gimnasio”, confiesa en medio de una carcajada.
Revela que cuando tiene un evento se ejercita y cuida sus comidas porque trabaja con su imagen y debe estar bien porque es su trabajo. Aunque pueden catalogarla como frívola, Carolina tiene su lado filántropo del que no presume mucho.
Creó la Fundación Carolina Petkoff para ayudar a niños prematuros en riesgo y a adolescentes.
Explica que se inspiró en su hija, pues nació prematura y entendió el sufrimiento de la familia que tiene que ver a sus hijos en una incubadora. Muchas veces se complica y le aplican tratamientos y en Venezuela no se consiguen, por eso recibe donaciones que luego entrega a quienes acuden a ella.
“Quise ayudar a personas que pasan por lo mismo que yo pasé, porque no es fácil”.
Viaja a cualquier lugar en el que tenga negocios. Enfatiza que ama su país, pero tiene ofertas laborales en diferentes países.