Gómez/Piña | LA PRENSA.- “Yo compro donde lo encuentre más barato”, expresó Kénedy Marín, quien cazaba ofertas en el mercado Terepaima. Asegura que ya ni se asoma en los supermercados porque los precios superan por mucho lo que gana, por eso compra arroz picado, que es más económico y “sabe bien”, según describe.
Para conseguir los productos de la cesta básica como harina, arroz o pasta, a un precio más económico, los guaros deben recorrer Barquisimeto de este a oeste buscando lo más barato pues en muchos sitio los precios superan por mucho al ingreso quincenal de un trabajador promedio. En pocas palabras un kilo de arroz se consigue desde Bs. 240 mil, lo que significa que con Bs. 196. 323, la mitad del salario mínimo no alcanza para adquirir ni un kilogramo de arroz, para comérselo “seco”.
Antonio Ortiz, jubilado, expresa que recorre los establecimientos comerciales para ver dónde consigue “ofertas” o esos productos a precio viejo, sin embargo admite con pesar y mucha indignación, que se ha visto en la penosa necesidad de vender los electrodomésticos de su casa, para costear los gastos de alimentación.
Vendí licuadora y el lavaplatos para comprar comida, todo está muy caro”, exclamó Ortiz, quien resaltó que trabajó toda su vida para comprar sus enseres, y es muy triste que tenga que venderlos para comer.
En los supermercados del este de Barquisimeto se ven más víveres. Se puede conseguir pasta, arroz y azúcar, pero los que se encuentran entre el centro y el oeste, tienen los anaqueles llenos de salsas, que aunque sirven para acompañar algunas comidas.
“Yo prefiero ir al mercado o a la cooperativa, porque en los supermercados hay puro plástico”, aseguró Derbis Yajure, refiriéndose a los envases de plástico, que colocan en algunos locales, para llenar los espacios que antes ocupaban los productos de la cesta básica. Además señaló que visita varios mercados para ver en cuál sale más barato, porque así se ahorra 5 mil bolívares le pueden servir para completar otra compra.
Otra opción de los ciudadanos son lo mercados callejeros, que se instalan en plena vía pública para hacer sus ofertas en verduras. Un kilo de tomate puede costar Bs. 100 mil, mientras que en estos “mercaditos”, los ofrecen en Bs. 10 mil o Bs. 15 mil, pero en efectivo, lo que complica la compra. Las entidades bancarias sólo dan de Bs. 10 mil a Bs. 30 mil en efectivo. Por eso muchos hacen cola casi a diario en los bancos, para tener efectivo, pagar y “ahorrarse unos realitos”.
Otros, que trabajan en horario de oficina, deben comprar con punto de venta en los comercios, para resolver la comida del día, y guardar ese “sencillo” para pasajes.