Mientras miles de personas celebraban con sus disfraces la noche de Halloween en el centro de la ciudad de Orlando, estado de Florida, comenzó una balacera que desató el pánico y provocó la intervención inmediata de decenas de policías que estaban custodiando el evento alrededor de la 1 de la mañana, hora del este de EEUU. Tras un momento en el que cesaron los disparos, una nueva ráfaga le permitió a los oficiales detener al presunto asesino, un menor de 17 años. El saldo provisorio es de dos muertos y seis heridos, todos ellos en condición estable tras ser hospitalizados.