J. Orozco/ A. Mendoza | LA PRENSA.- Mucha actividad y pocos vehículos. Esa es la realidad del parque automotor de la Policía del estado Lara. En casi todas las comisarías hay un cementerio de unidades. El 50 por ciento de las patrullas están por el piso y sus superiores dudan de que vuelvan a arrancar algún día.
Lo que más se ve en la calles son motos, pero del 100 por ciento que tienen en existencia, 30 por ciento están operativas y el 70 dañadas. De 425 vehículos de dos ruedas que se registran, en la calle solo hay 125 al servicio de la comunidad, las otras 300 están paradas por repuestos.
En cuanto a patrullas hace algunos meses tenían disponibles 150, pero hoy en día solo quedan 96, En su mayoría son camionetas tipo machito, algunas se quedan accidentadas de vez en cuando, pero los funcionarios han aprendido a solventar las fallas que presentan.
Según fuentes internas de Polilara, estos vehículos se mantienen gracias al esfuerzo y sacrificio de los azules, quienes tienen que disponer de tiempo para cuidar talleres, caucheras y ventas de repuestos, a cambio de mercancía que los ayude a mantener los vehículos en buen estado.
“Tres compañeros y yo todas las tardes nos vamos a las 6:00 a cuidar a un cauchero en el este mientras cierra su negocio. Cuando la patrulla esta falta de cauchos, el nos regala o nos repara alguno, así sobrevivimos en la calle”, cuenta un uniformado.
Una solución alternativa a los vehículos, presentada en el 2013, fueron las bicicletas con la brigada ciclistica de la policía. Sin embargo de 200 bicicletas que tenían de dotación, en este momento solo sirven 80. Argenis Montero, subdirector del cuerpo, declara que son bicicletas de alto costo y los repuestos, que son importados, ahora no aparecen en el país.