Euseglimar González | LA PRENSA.- La bala que impactó en el pómulo izquierdo al pequeño de dos años en El Ujano está alojada en la parte de atrás del ojo y sería un riesgo intervenirlo quirúrgicamente, porque puede perder la vista o la audición.
Ayer en la mañana la tía del niño contó que se encuentra estable y recibiendo tratamiento. Explicó que por el sitio en donde se comprimió la bala sería un riesgo operar, porque podría causarle un enema.
El martes en la noche un impacto se escuchó y seguidamente el llanto del bebé. Cuentan los familiares que la bala perdida entró por el techo e impactó en el pómulo al bebé que estaba durmiendo en la cama.
La mamá del pequeño salió corriendo hasta el cuarto y lo vio con la cara ensangrentada. Entre los nervios, el papá se lo quitó de los brazos y cuando se dieron cuenta de que la herida era por arma de fuego lo llevaron hasta el Hospital Militar, tras ser ingresado fue referido al Hospital Pediátrico Agustín Zubillaga.
Desde el martes en la noche el pequeño está en el pediátrico. Varios especialistas llevan el caso del niño y todos concuerdan con que operarlo sería un riesgo.
Por los momentos, el niño podrá mantenerse con la bala alojada detrás del ojo. Pero los padres tendrían que estar al pendiente y practicándole exámenes de rutina.
“Esto que estamos viviendo es una pesadilla. Cómo se vive ahora en esa casa, todos estamos en zozobra”, sostuvo Carmen Ledezma, tía del infante.
Con el niño ya son dos pequeñines que han sido víctimas de una bala perdida en menos de dos días.
La niña de 12 años herida de un impacto en la frente en Cabudare se encuentra en UCI y su estado de salud es crítico.