viernes, 22 noviembre 2024
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Lo asesinan al dispararle en la cabeza

José D. Sequera | LA PRENSA.- A menos de 50 metros del mercado La Carucie­ña y a una cuadra de la comisaría de Polilara quedó el cuerpo de Luis Alberto Cordero Suárez (46), quien fue asesinado la madrugada de ayer de una descarga de escopeta en la cabeza.

De acuerdo a fuentes policiales, Cordero fue baleado a eso de la 1:00 de la mañana por desco­nocidos para robarle pre­suntamente los zapatos que cargaba puestos.Sobre las circunstancias en que fue mortalmente herido no están del todo claras, pero según veci­nos del sector, Luis había compartido con un grupo de ellos durante la noche del sábado.

“Jugamos dominó y lue­go se puso a jugar tuco (cartas apostando dinero) con los muchachos. Des­pués, cerca de las 9:00 de la noche la lluvia nos co­rrió a todos. Lo último que nos dijo es que iba a su casa”, comentó una señora.

Sin embargo, nunca lle­gó a su casa pues un poco antes del amanecer, dos hombres que iban cami­nando en dirección a la comisaría, vieron el cuer­po de Luis -sin saber que era él-, tirado entre la ace­ra y el pavimento. En principio creyeron que estaba dormido pro­ducto de una borrachera, pero se acercaron y fue allí que se fijaron que al­rededor del cuerpo había charcos de sangre mez­clados con agua de lluvia
y restos de masa encefáli­ca.

El cadáver vestía una chemise amarilla, jeans oscuros, correa negras y medias blancas con ne­gro. Entre su brazo y tor­so estaba un bolso tipo
“bandolero” deportivo.Con horror, los tipos terminaron alertando a los vecinos de lo que ha­bían visto. Más de 20 per­sonas se acercaron para ver al cuerpo, pero no lo­graban reconocerlo, pues su cara estaba pegada contra el pavimento.

No fue sino hasta alre­dedor de las 9:30 de la mañana que desde un Toyota Corolla dorado se bajó un hombre y fue di­recto hasta el cuerpo, re­conociendo inmediata­mente a Luis.“¡No puede ser, herma­no, te mataron. Luis por­qué te pasó esto!”, se la­mentó con tristeza el hombre mientras se aga­chaba a pocos centíme­tros del cadáver y cerraba los ojos con fuerza.

Al decir estas palabras, varios de los presentes gritaron. “¡No puede ser, es Luis! él anoche estaba reunido con nosotros”, exclamó una señora a la vez que sus lágrimas mo­jaban sus cachetes.Según allegados a Luis, él vivía en el sector 3 de La Carucieña y trabajaba como cauchero en la ave­nida 2 del mismo barrio. Vecinos aseguraron no saber las razones por la que lo mataron.

“Él no se metía con na­die, no se le conocía nin­gún enemigo”, recalcó un hombre que se identi­ficó como un amigo.Hasta el sitio llegó una
comisión del Eje de Ho­micidios del Cicpc para levantar el cuerpo y reali­zar la planimetría. El móvil que la “petejota” maneja es el de robo.

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