José D. Sequera | LA PRENSA.- A menos de 50 metros del mercado La Carucieña y a una cuadra de la comisaría de Polilara quedó el cuerpo de Luis Alberto Cordero Suárez (46), quien fue asesinado la madrugada de ayer de una descarga de escopeta en la cabeza.
De acuerdo a fuentes policiales, Cordero fue baleado a eso de la 1:00 de la mañana por desconocidos para robarle presuntamente los zapatos que cargaba puestos.Sobre las circunstancias en que fue mortalmente herido no están del todo claras, pero según vecinos del sector, Luis había compartido con un grupo de ellos durante la noche del sábado.
“Jugamos dominó y luego se puso a jugar tuco (cartas apostando dinero) con los muchachos. Después, cerca de las 9:00 de la noche la lluvia nos corrió a todos. Lo último que nos dijo es que iba a su casa”, comentó una señora.
Sin embargo, nunca llegó a su casa pues un poco antes del amanecer, dos hombres que iban caminando en dirección a la comisaría, vieron el cuerpo de Luis -sin saber que era él-, tirado entre la acera y el pavimento. En principio creyeron que estaba dormido producto de una borrachera, pero se acercaron y fue allí que se fijaron que alrededor del cuerpo había charcos de sangre mezclados con agua de lluvia
y restos de masa encefálica.
El cadáver vestía una chemise amarilla, jeans oscuros, correa negras y medias blancas con negro. Entre su brazo y torso estaba un bolso tipo
“bandolero” deportivo.Con horror, los tipos terminaron alertando a los vecinos de lo que habían visto. Más de 20 personas se acercaron para ver al cuerpo, pero no lograban reconocerlo, pues su cara estaba pegada contra el pavimento.
No fue sino hasta alrededor de las 9:30 de la mañana que desde un Toyota Corolla dorado se bajó un hombre y fue directo hasta el cuerpo, reconociendo inmediatamente a Luis.“¡No puede ser, hermano, te mataron. Luis porqué te pasó esto!”, se lamentó con tristeza el hombre mientras se agachaba a pocos centímetros del cadáver y cerraba los ojos con fuerza.
Al decir estas palabras, varios de los presentes gritaron. “¡No puede ser, es Luis! él anoche estaba reunido con nosotros”, exclamó una señora a la vez que sus lágrimas mojaban sus cachetes.Según allegados a Luis, él vivía en el sector 3 de La Carucieña y trabajaba como cauchero en la avenida 2 del mismo barrio. Vecinos aseguraron no saber las razones por la que lo mataron.
“Él no se metía con nadie, no se le conocía ningún enemigo”, recalcó un hombre que se identificó como un amigo.Hasta el sitio llegó una
comisión del Eje de Homicidios del Cicpc para levantar el cuerpo y realizar la planimetría. El móvil que la “petejota” maneja es el de robo.