Jennifer Orozco | LA PRENSA.- “Pum, pum, pum”, fue el sonido que interrumpió el almuerzo de muchos en la carrera 4 con calles 1 y 2 de Barrio Unión. Par de choros le llegaron a un funcionario del Cicpc y tras robarle el carro se enfrentaron con él, cayendo abatidos.
Según cuentan testigos, era la 1:25 de la tarde y el funcionario de la petejota estaba llegando a una casa en Barrio Unión. Al parecer, iba a almorzar allí. Estacionó su carro y cuando se iba a bajar le llegaron dos tipos a pie y armados.
El detective les preguntó qué querían y ellos pidieron las llaves del vehículo. Uno de los hampones tomó las llaves y se subió al vehículo, lo prendió y rodó poco a poco hasta la esquina.
El otro choro se quedó revisando al petejota. De una vez el hombre se identificó como funcionario del Cicpc y el delincuente iba a accionar su arma, cuando vio que el petejota ya tenía la suya en la mano.
El hombre se fue disparando y hubo un intercambio de tiros entre el funcionario y los choros. Los hampones arrancaron el carro, pero estaban heridos y chocaron en un sector cercano, según información policial.
Cuando estaban dentro del carro heridos llegó refuerzo para el funcionario y la patrulla auxilió a los dos hampones, quienes fueron ingresados a la Emergencia del Hospital Central, donde murieron. Aparentemente, tenían dos disparos cada uno.
En el sitio del enfrentamiento quedaron dos armas tipo revólver calibre 38 milímetros con las que, según información policial, se enfrentaron los hampones.
Uno de ellos fue identificado por sus familiares como Roberto José Yépez Camacaro, de 29 años. Este tiene antecedentes por ocultación y tráfico ilícito agravado de drogas del 21 de noviembre de 2011, caso donde fue detenido mientras cargaba una cédula que lo identificaba como Jesús Alberto Rubio Aure, identidad que utilizaba para encubrirse ya que estaba solicitado.
El segundo hampón no cargaba identificación. Vestía blue jean, franela verde y zapatos rojos, era de contextura delgada, piel morena, un metro 65 centímetros de estatura y tenía aproximadamente entre 20 y 25 años de edad. Hasta el cierre de esta edición, no habían llegado familiares a la morgue.