La herida fue en una zona que comprometía órganos vitales. No pudieron salvarle la vida
Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Son varias incógnitas que deja el asesinato de Alberto José Fonseca, quien muere a consecuencia de las complicaciones por recibir una puñalada en el abdomen. Durante dos días estuvo recluido en la Emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda, ningún familiar se presentó a procurar su salud. De hecho, su deceso fue en la madrugada de este lunes y ni siquiera había un doliente en la morgue.
Según el parte policial, sólo conocen que la víctima tenía 36 años de edad y tras recibir los primeros auxilios de funcionarios del 911, fue ingresado el pasado viernes cuando estaba bajo los efectos del alcohol al principal centro asistencial. Este hombre sólo cargaba su cédula, por lo que lograron identificarlo. Se ignora si vivía en condición de calle.
El personal también desconocía su lugar de residencia, si este señor estaba ingiriendo bebidas alcohólicas con el propio atacante y tal vez se produjo una discusión que terminó de manera trágica. También se preguntaban si pudo ser víctima de un robo al cual opuso resistencia y terminó herido.
La puñalada fue asestada con toda la intención de quitarle la vida al perforar específicamente el hipocondrio derecho, justo debajo de la tetilla y con un radio de acción que suele comprometer varios órganos, como vesícula biliar, parte del riñón derecho, glándula suprarrenal y hasta con riesgo de parte del colon. El daño era irreversible en uno de los cuadrantes abdominales, lo que le impidió recuperarse.
Lo único seguro fue que en el estado de Fonseca iba perdiendo signos vitales progresivamente, además sin la vigilancia de algún familiar que estuviera al tanto de todo lo que necesitaba. El equipo de La Prensa estuvo esperando a las afueras de la morgue, pero era el único cuerpo que no había sido solicitado y sólo tenían su nombre.
En el parte policial dice que esperan que con la información pública se apersonen parientes o amigos de Alberto José Fonseca.