Jennifer Orozco | LA PRENSA DE LARA.- Gregorio Daza murió el 4 de octubre, luego de un infarto fulminante que acabó con su vida y empujó a sus familiares a «resolver» lo que sería su cristiana sepultura en Carorita Arriba. Ayer, después de 10 días, Cicpc subió hasta el sitio, queriendo exhumar el cadáver.
Los familiares de Daza aseguraron que un servicio funerario les estaba cobrando 170 dólares, más 20 litros de gasolina para hacerles el traslado hasta el Cementerio Municipal. «Qué dólares vamos a tener nosotros que ganamos es 400 bolívares«, aseguró Esther Castañeda, nieta del fallecido.
Así que como ellos ya tenían el terreno y el proyecto del cementerio rural de Carorita Arriba, decidieron que Don Gregorio, sería el primer difunto en ser enterrado allí. Al proyecto, que cuenta con asambleas comunitarias y la aprobación de todos, sólo le falta la firma de la alcaldía.
Pero Cicpc recibió una denuncia anónima. Funcionarios llegaron ayer a las 8:00 de la mañana, señalando a la familia Daza por «ocultamiento de cadáver», así que toda la comunidad subió para mostrarles que no había nada oculto, sino que estaba sepultado en una fosa de 1 metro 50 de profundidad, con una lata de zinc sobre la urna y dos sacos de cemento vaciados. Cicpc no pudo sacarlo, pero les dijeron que seguirían con las investigaciones.
Habitantes aseguran que son de escasos recursos y que sus muertos no pueden ser sacados sin gasolina y sin dinero.