Euseglimar González | LA PRENSA.- En plena lluvia se escucharon seis tiros y un joven cayó muerto. Ayer en la madrugada fue asesinado el “Gocho” de 17 años en Los Naranjos, al oeste de Barquisimeto.
Recibió múltiples disparos en su cuerpo. “¡Ay, Dios mío, no!”, grita desesperada la abuela y se pone de rodillas, al ver al muchacho tirado y con la camisa ensangrentada, y se pregunta porqué le ocurrió eso. Otro joven la abraza para darle consuelo, mientras por su rostro corre un par de lágrimas.
Cuentan que a las 4:00 de la madrugada escucharon seis tiros y luego todo quedó en silencio, nadie salió a ver qué pasaba y no fue sino hasta que amaneció que vieron al “Gocho” tirado en la calle 1 de Los Naranjos.
Estaba bocarriba, vestía una camisa y pantalón, y no tenía zapatos. La ropa que llevaba puesta estaba teñida de sangre, aún seguía lloviendo y las personas lo que hicieron fue notificar a los policías sobre el asesinato.
El joven tenía heridas de balas en varias partes del cuerpo, entre esas en cuello y tórax. A unas tres cuadras vive un familiar del menor y fue quien lo reconoció, y luego llamó a los familiares para darle la mala noticia.
En cuestión de minutos la abuela junto a primas del joven llegaron hasta la escena del crimen y lloraban desconsoladamente su muerte. Un allegado a la familia contó que el muchacho había salido de su casa, en el barrio Jacinto Lara la noche del sábado, pero no dijo para dónde iba. Vecinos de la comunidad contaron que el sábado en la noche había un “bailazo de raspacanilla” y presumen que el chamo estaba allí.
“Pobre muchacho, tan joven. Ese tuvo que haber tenido una pelea con alguien para que lo mataran”, se lamentó una vecina, mientras observaba el cuerpo del chamo.
Los familiares tenían más preguntas que respuestas, pues no sabían qué pudo haberle pasado al muchacho. Al joven le quitaron los zapatos, no saben si fue para robárselos y por eso lo asesinaron.
Funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc llegaron hasta el sitio para comenzar con las investigaciones y hacer el levantamiento del cadáver. Se conoció por fuentes policiales que al menor lo asesinaron, presuntamente, por una venganza, aunque los “petejotas” continúan con las averiguaciones para dar con los responsables.
Se pudo conocer que el menor deja a una niña de un mes de nacida huérfana.