Edy Pérez Alvarado | LA PRENSA.- Lisbeth Piñero (31) está sentada en una silla de plástico y en brazos tiene a su bebé recién nacido. La mujer tiene el ceño fruncido y las lágrimas corren por sus mejillas. Está calmada, pero destrozada porque le acaban de asesinar al mayor de sus cuatro hijos. El muchacho tenía 16 años y presumen que alias el “Gandú” lo asesinó.
El joven se desapareció la tarde del lunes. Estaba en el sector tres de Los Pocitos, en la casa de su tía, junto a su esposa de 21 años y sus dos hijos, uno de dos meses de nacido y el otro de dos años. El “Gandú” llegó a buscarlo. Pero el joven no quiso ir con él. Le dijo: “Ahora me llego”, entonces “Gandú” se fue. Pasada la 1:00 de la tarde el muchacho se puso unas bermudas, franelilla blanca, chancletas azules y salió. Vecinos de la comunidad aseguran que lo vieron por la avenida principal de Los Pocitos con el “Gandú”.
Pero después no lo volvieron a ver. La esposa del joven lo buscó en el rancho de Gandú y negaron haberlo visto. La madre lo buscó en el retén de El Manzano, policías y hasta en el hospital y tampoco dieron con él. La tía del joven presentía que la madre de “Gandú” y el padrastro sabían en dónde podía estar el muchacho y la mañana de ayer fue para allá, pero se lo volvieron a negar. La tía de la víctima comentó que los vio nerviosos y que no le daban la cara.
La tarde de ayer sintieron un olor fétido en un terreno que está frente al rancho de “Gandú”. Cuando buscaron entre los escombros descubrieron el cadáver del joven. Había un olor putrefacto y por la conmoción los miembros de la comunidad decidieron tumbar el rancho en el que vivía “Gandú” con su madre, el padrastro y la hermana. Adentro encontraron las chancletas azules que cargaba el joven cuando salió de su casa. El muchacho llegó de Humocaro Bajo, en el municipio Morán, hace semanas y quería pasar unos meses con su tía. Él solía ir al campo, sembraba y luego regresaba.
En el campo tenía familia por parte de madre y de padre. A su corta edad tenía dos hijos uno de dos años y el más pequeño de dos meses de nacido. Alias el “Gandú” y su padrastro se la pasaban metiendo carros robados por la comunidad, denunciaron los vecinos. Querían que se fueran, pero no podían correrlos. El miércoles a la mujer le dio por vender el rancho en 100 mil bolívares.
“Estaba regalando el rancho que cuesta unos 500 mil”, aseguró la tía de la víctima y sospechan que lo hacía para escapar junto a su familia porque todos sabían del crimen del joven. Hoy le harán la autopsia en la morguecita para determinar la causa de muerte.