Osman Rojas | LA PRENSA.- La escasez de azúcar en Venezuela ha llevado a las personas a improvisar y endulzar con lo que sea sin importarles las consecuencias que esto pueda acarrear para su salud como, por ejemplo, daños a la flora intestinal por cuadros diarreicos.
El pasado domingo, Carmen Briceño se levantó e hizo el desayuno como cada mañana. Luego de comerse su arepa con huevo, Briceño sintió la necesidad de tomar café, pues “si no bebe un poquito en la mañana le da dolor de cabeza”.
Briceño agarró el café, montó el agua y empezó a prepararlo, pero en ese momento se dio cuenta que no tenía azúcar y empezó a buscar desesperada con qué endulzar la bebida, pues no quería perder el puñado de café que había colocado en la olla. “Encontré leche condensada y le tiré, no quedó igual, pero sabía bien”, cuenta Briceño entre risas.
Usar caramelos, chupetas, leche condensada, papelón, melaza e incluso edulcorantes líquidos, se ha convertido en una práctica frecuente para las personas que buscan de manera desesperada paliar la escasez de azúcar.
“Si no hay azúcar debemos improvisar, pero algo tenemos que echarle al jugo. De verdad que esta situación no se aguanta, yo estoy endulzando con melaza, pero no es lo mismo”, comenta Juan
Carlos Vargas mientras espera al Transbarca en una de las paradas de la avenida Libertador.
La radical medida tomada por los consumidores tiene preocupado a los especialistas, quienes señalan que endulzar con cualquier cosa puede generar cuadros diarreicos severos.
“Es una locura endulzar el café con leche condensada, porque aunque se obtenga un sabor bastante parecido la unión de estos dos productos no va a ser tan compacta como el café con el azúcar.
Quiero hacerle un llamado de conciencia a las personas, porque es preocupante ver cómo la desesperación se impone a la razón”, aseguró Javier De Govia, médico gastroenterólogo.
César Rivas, coordinador del grupo médico Lara Entera por la Salud, también se mostró alarmado e indicó que las personas deben ser inteligentes a la hora de comer, porque esto puede traer consecuencias a futuro. “Con la salud no se juega”, detalló.