Aunque todavía presenta errores en su funcionamiento, Jarvis es capaz de encender o apagar las luces de una estancia, reproducir canciones y entender cierta ambigüedad en las frases cuando te diriges a él, según el contexto de la frase, y tal y como ya hacen otras famosas soluciones de asistencia virtual como Alexa, Siri, Cortana o Google Home.
El algoritmo de Jarvis entiende si Mark le pide una de sus emblemáticas camisetas grises, puede dar de comer a su mascota si el CEO de Facebook se lo ordena o sabe quién llama a la puerta de su domicilio. Además, gracias al reconocimiento por voz adaptado al usuario sabe que persona le habla.
Jarvis y la domótica del futuro
En el artículo que redactó para la publicación Fast Company, Zuckerberg relataba algunos de los obstáculos para el desarrollo de su mayordomo virtual. Uno de los principales problemas fue conectar a Internet elementos que no están originalmente conectados, junto al desarrollo de código capaz de generar un sistema fundamentado en el lenguaje natural que pudiera responder a sus peticiones. Por este motivo, el CEO de Facebook ha revelado que es fundamental que la industria desarrolle API y estándares comunes con el fin de que los dispositivos conectados puedan “hablar entre ellos”.
El sistema construido por Zuckerberg añade algunas funciones extra, como la capacidad de poner música a su hija pequeña si percibe que se despierta. Además, se ha basado en el bot de Messenger para poder realizar acciones en su vivienda simplemente chateando. También puede enviar piezas de audio para que el servidor los traduzca en texto y ejecute dichos comandos a continuación.
Su creador ha apuntado que lo usa de forma diaria y detecta muchas funciones en su hogar que le gustaría ir añadiendo a este asistente virtual, como controlar su barbacoa Big Green Egg o el hecho de que pueda aprender el solo nuevas habilidades.Aunque el futuro de Facebook también pasa por la realidad virtual, por ahora Jarvis se trata de un proyecto exclusivamente personal. Eso sí, Zuckerberg ha apuntado que no descarta liberarlo cuando lo perfeccione para que todo el mundo pueda llevarlo a sus hogares y diseñar productos que automaticen numerosas tareas.
“Dentro de cinco o diez años los sistemas de inteligencia artificial serán más precisos que las personas”, concluía.