José Miguel Najul | LA PRENSA.- Un total de 460 personas que conformarán los comandos que vigilarán los centros de recolección de la manifestación de voluntad a favor del referéndum revocatorio fueron desplegados ayer en la entidad larense, como una práctica inicial para las jornadas definitivas que se harán los días 26, 27 y 28 de octubre.
José Gregorio Zaa, miembro de la Comisión Electoral de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) de Lara, asegura que estos equipos estarán compuestos por un coordinador o responsable de cada uno de los 92 centros de recolección, un coordinador electoral, otro de movilización, uno de activismo y, finalmente, un asesor legal.
Además, contarán con mil 35 testigos electorales, uno principal y dos suplentes para cada una de las 345 máquinas que ha activado el Consejo Nacional Electoral (CNE) para la jornada.
Sin embargo, establecerán unos “puntos azules” por medio de los cuales coordinarán la logística, a través de la cual tratarán de descongestionar los centros de mayor densidad poblacional, trasladando a las personas a puntos más deshabitados, siempre y cuando estén dentro del municipio originario del elector.
El eje central de esta jornada fue el evento realizado en la Plaza Macario Yépez, frente a la sede regional de la MUD. Allí, los voceros de la Unidad, trabajadores y dirigentes sindicales se pronunciaron a favor del revocatorio.
Durante ese encuentro, y en el resto de los puntos que se habilitarán para las tres jornadas consecutivas de recolección, la Mesa de la Unidad Democrática desplegó un simulacro con el que enseñaban a los electores el proceso de manifestación de voluntad.
“Primero el dedo pulgar derecho, luego el pulgar izquierdo. Después el índice de la derecha y después el de la izquierda. Es sencillo, espero hacerlo rápido para colaborar”, expresó la señora Martina Álvarez, de 85 años de edad.
Los colaboradores de la unidad insistían a los electores en la importancia de minimizar su tiempo de participación para incrementar la cantidad de personas que puedan pasar. La idea es que cada elector evite sobrepasar un minuto de tiempo frente a la máquina y el cuaderno.