Jesús Ali | LA PRENSA.- La cultura y la historia en las capitales de Venezuela han quedado en segundo plano. Tristemente Barquisimeto no escapa de esa realidad, donde la mayoría de las edificaciones con carácter patrimonial merecen ser atendidas.
Iribarren tiene 188 construcciones que han sido declaradas como patrimonio por el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC). Su preservación, en especial las postcoloniales, ha sido un tema de discusiones, pues según explicó la arquitecta Carmen Tanasi las autoridades no reconocen estas infraestructuras como patrimonio.
Una zona que presenta gran daño es el Casco Histórico. Yuyita Chiossone, presidenta de la Fundación Amigos del Casco Histórico, indicó que las propiedades de esta zona necesitan ser rehabilitadas mediante cuidados especiales.
Tanasi explicó que estas edificaciones tienen que ser atendidas por expertos porque requieren que utilicen los materiales con que fueron construidas y al restaurarlas de forma inapropiada su deterioro es mayor.
“El Estado se ha dedicado a hacer expropiaciones del patrimonio y muchas veces no los conserva”, sentenció Tanasi.
El Museo de Barquisimeto es un ejemplo vivo de esto. En el año 2012 fue restaurado por el Ministerio de la Cultura, dos años más tarde comenzó a deteriorarse porque los materiales que usaron no fueron los adecuados, según explicó Martín Urteaga, director del Museo, quien agregó que ha enviado comunicaciones al IPC para iniciar trabajos de resturación pero no ha recibido respuestas concretas.
Tanasi destacó que las autoridades gubernamentales deben comprender que los técnicos y especialistas son quienes manejan la información para que la conservación de estas estructuras sean hechas de forma eficaz.
Necesitan una mano
Existen edificaciones patrimoniales en uso que por su envergadura ameritan mantenimiento y trabajos especiales, entre estas, el Hospital Central Antonio María Pineda (Hcamp).
El centro de salud es una edificación que requiere constante atención tanto interna como externamente. Aunque hay espacios públicos que no están habilitados para ser usados con frecuencia, como el parque Juan Bautista La Salle, o conocido como La Concha Acústica, que está deteriorado.
Sin embargo, hace un mes el movimiento cultural barquisimetano hizo actividades para promover la limpieza y conservación del espacio. También en el centro de la ciudad se encuentra la Casa de la Bodega de Servanda Lucena —carrera 15 con calle 35—.
La casa está en un estado ruinoso y en este caso, según el IPC, la autoridad municipal debe promover la conservación y restauración del bien patrimonial.