Moiselis Méndez | LA PRENSA DE LARA.- La actual situación de emergencia humanitaria, agravada por la pandemia del covid-19, ha repercutido en la salud y calidad de vida en los pacientes con diagnóstico de VIH y enfermedades de transmisión sexual en Venezuela. Según la Organización Acción Ciudadana contra el Sida (ACCSI), desde el año 2016 el Ministerio de Salud no ha adquirido medicamentos antirretrovirales necesarios para contrarrestar los efectos del virus sobre las personas portadoras, poniendo en riesgo su salud y la de su familia.
Por ser el VIH un virus que ataca el sistema inmunitario y sin cura, amerita la medicación de por vida para las personas con el diagnóstico, sin embargo, el último informe de ACCSI, compartido en un encuentro realizado con el Observatorio Social Humanitario, señala que en el país existe un 58,68% de desabastecimiento de tratamientos antirretrovirales, medicinas para infecciones oportunistas asociadas al SIDA y reactivos para pruebas diagnósticas, para su seguimiento y control, lo que ha provocado un importante registro de muertes a causa de la falta de medicación.
En el año 2016 se vieron agravados los problemas para los pacientes inmunodeprimidos, desde esa fecha hasta el 2018, fallecieron alrededor de 6mil personas que estaban inscritas en el programa nacional de SIDA, esto según los registros de ONG de la sociedad civil, quienes denuncian que los entes oficiales ligados al Gobierno nacional no comparten cifras.
Son al menos 300 mil personas las afectadas, no solo por la escasez de medicamentos, sino también las que se enfrentan a episodios de discriminación en centros de atención, cuyas condiciones muchas veces son deplorables.
Distintas organizaciones de la sociedad civil, entre ellas «Mavid» del estado Carabobo, «Musas», «ACCSI», entre otras, han denunciado 2.757 casos de discriminación en hospitales a personas con VIH, enfrentándose también a la escasez de especialistas que se traduce en la ausencia de más de 12 mil médicos infectólogos.
Sin pruebas de carga viral
Alfredo Mendieta, miembro de la fundación Mavid del estado Carabobo, denunció que en el sistema de salud público nacional no existen reactivos para la detección del VIH, lo que ha provocado que no se realicen las pruebas de carga viral y conteo linfocitario CD4, poniendo en riesgo a potenciales pacientes inmunodeprimidos por la pronta atención y reconocimiento del virus.
Ambas pruebas solo se pueden realizar en laboratorios privados cuyos costos son altos y en dólares. El promedio del costo de carga viral y conteo de CD4 es de $90 a $120.
La cooperación internacional, de parte de organismos como Unicef, OPS y la ONU, han sido la salvación para estos casos de salud, quienes a partir de convenios proveen insumos y medicamentos necesarios para el tratamiento oportuno, pero «estos no son suficientes» expresó Mendieta.
El antirretroviral combinado Tenofovir + Lamivudine + Dolutegravir (TLD) adquirido con recursos otorgados por el Fondo Mundial de lucha contra el SIDA, Tuberculosis y Malaria, permitió salvar las vidas de más de 40 mil personas con VIH entre enero 2020 y junio 2021, según el reporte de la ONG ACCSI.
La situación es preocupante para los estados más alejados de la capital, siendo esta donde se distribuyen las ayudas. La parte sur del país y en especial las regiones de Delta Amacuro, Táchira y Amazonas, son las más amenazadas.
Mujeres y niños en vilo
La salud de las mujeres embarazadas diagnosticadas con VIH pende de un hilo. Grisbel Escobar quien es directora de la organización MUSAS de Venezuela, expresó que debido a la condición inmunológica de las mujeres, estas deben dar a luz por medio de cesárea para no contaminar al recién nacido por vía uterina, pero pese a esto, denunció que en los centros de salud «están obligando a las mujeres a parir por no contar con el kit de bioseguridad», exponiendo al neonato a infecciones y aumentando la cifra de niños con VIH en el país.
De 45 mil mujeres con el virus en Venezuela, solo el 34% recibe tratamiento, menos de la mitad en el país no está siendo medicada para controlar el virus. De igual manera, de 3.900 niños que viven con VIH en Venezuela, apenas 895 pueden acudir constantemente a las consultas.
Las madres inmunodeprimidas no pueden amamantar a sus hijos, por el riesgo a contraer el virus, sin embargo, desde el año 2016 no se dotan de fórmulas lácteas a las farmacias del país.
Según ONUSIDA, el porcentaje de cobertura de mujeres embarazadas con VIH es de 30%, pero solo 326 reciben tratamiento y 1.100 necesitan tratamiento antirretroviral.
Los convenios internacionales tienen una duración de tres años y el que se encuentra presente se vencerá al terminar el 2021. Organizaciones se encuentran a la espera que en los próximos días el Fondo Mundial de lucha contra el SIDA anuncie su decisión de continuar otorgando una subvención para apoyar la respuesta de la atención y tratamientos para las personas con VIH.