Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- En el Día Internacional del Inmigrante y el Refugiado que se conmemoró ayer 18 de diciembre, las ONG Un Mundo Sin Mordaza, Refugiados Sin Fronteras y la Coalición por Venezuela (CoaliciónVE) solicitaron a los países de Latinoamérica, el Caribe y Europa que diseñen una política migratoria estándar que permita a los venezolanos un movimiento migratorio seguro, para que sea más fácil y rápido su proceso de regularización y su integración social, económica, cultural y política en los países de acogida.
Esta exigencia la hicieron debido a que este año la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes (R4V) reporta la existencia de 7.8 millones de venezolanos en el exterior, es la segunda migración más grande del mundo después de la de Ucrania. Ana María Diez, presidenta de CoaliciónVE, indicó que este 2023 el flujo migratorio de connacionales hacia los países fronterizos con Venezuela se triplicó. Un ejemplo es Brasil, donde ingresan diariamente siete venezolanos, mientras salen apenas tres venezolanos por día.
«La migración venezolana se ha convertido en la única opción de supervivencia y los contextos no han cambiado, a pesar de algunos discursos en la región sobre una normalización de la situación en Venezuela, es absolutamente falso… La gente se va por una perspectiva de supervivencia y de seguridad, porque hay ciudades como Caracas que siguen siendo de las más violentas del mundo. Además, la represión política prevalece, por eso buscan protección internacional. La gente también se va porque el 90% de la población está en pobreza estructural«, explicó.
Resaltó que en Colombia, donde hay más de 2.8 millones de venezolanos el gobierno del presidente, Gustavo Petro, aplica una nueva política. Desde distintos puntos en las ciudades más grandes, como Medellín, Barranquilla y Bogotá salen buses cargados con venezolanos que son retornados a la frontera colombo-venezolana, como un «plan de repatriación asistida o retorno voluntario», a pesar de que el 70% de los venezolanos que se encuentran en el vecino país tienen vocación de permanencia.
Puntualizó que lo que ha caracterizado a la migración venezolana este año es que se han dado procesos de remigración, es decir, hay personas que están en Chile, Argentina, Perú, Ecuador o Colombia y deciden arriesgar su vida transitando irregularmente por la peligrosa selva del Darién, Centroamérica, México para finalmente tratar de ingresar a Estados Unidos.
Denunció que este año han aumentado las deportaciones de venezolanos desde julio, afirmando que Venezuela se ha convertido en una «puerta giratoria«, porque esas personas que son expulsadas de un país llegan a Venezuela a vender las pocas cosas que le quedan, buscar a su familia y nuevamente tratar de migrar.
«En la región hace falta estrategias compartidas para la regularización de la migración. No basta con procesos de regularización cortos, cambiantes, limitantes porque la verdad sea dicha, una persona no va a esperar dos años por un carnet de regularización y mientras tanto trabajando ilegal en un país. Obviamente, la gente se desespera y busca remigrar, y es por eso que vemos saltos entre países. Se necesitan políticas expeditas, humanizadas, apegadas al derecho internacional, enfocadas en los DD. HH.«, sostiene.
Lamenta que cada vez que en Latinoamérica se cambia a un presidente los avances que se han dado para la protección de derechos de migrantes venezolanos se echan por tierra, se cambian o retrasan.