miércoles, 1 octubre 2025
miércoles, 1 octubre 2025

Fractura de vínculos familiares: Origen y manifestación de la violencia intrafamiliar

La fractura familiar, causada por la crisis económica, migración y pérdida de valores, genera profundas consecuencias como violencia intrafamiliar, debilitamiento de la identidad y orfandad, afectando especialmente a niños y adolescentes con problemas de salud mental.

La combinación de problemas económicos, migración masiva, divorcios, violencia y pérdida de valores fractura los lazos que sostienen a la familia, dejando secuelas visibles en niños y adultos.

Consecuencias profundas de la fractura familiar

Para la socióloga, Rosana Mieres, la fractura familiar tiene consecuencias profundas. Según explicó, la ruptura de los vínculos familiares trae violencia intrafamiliar, violencia de género, crisis psicológica, orfandad, debilitamiento de la identidad y la ausencia de valores.

«La incertidumbre, la separación forzada o separación por razones de la crisis que nos arropa son símbolos que también promueven la descomposición familiar», comentó Mieres.

Mieres también resaltó que la fractura de los vínculos afecta la cohesión social, debilitando la identidad, los lazos afectivos y dejando a muchos niños en situaciones de orfandad.

La socióloga, Yonaide Sánchez, concuerda con Mieres y resaltó que la crisis económica y social ha cancelado el modelo tradicional de familia en Venezuela.

«Esa crisis económica ha condenado a la familia venezolana a la pobreza, le ha restado oportunidades a muchos de sus miembros, les ha arrebatado los sueños y los anhelos de un futuro mejor», dijo Sánchez.

Ambas sociólogas aclaran que la descomposición familiar no ocurre de la noche a la mañana. Comienza cuando los valores que sostienen la convivencia y la transmisión de afectos se resquebrajan. La honestidad, el respeto, la solidaridad, la responsabilidad y la comunicación son pilares que mantienen un hogar unido; cuando se debilitan, los vínculos pierden fuerza, la confianza se rompe y las peleas son más constantes en la casa.

Sánchez indicó que los niños y adolescentes son los más afectados porque se quedan sin figuras de referencia. La pérdida de modelos a seguir y figuras de autoridad debilita la transmisión de valores y reduce la contención emocional para los jóvenes, quienes se ven obligados a vivir «libres», sin rutinas ni horizontes claros.

La violencia se normaliza y se traslada al hogar

Además, el referente se va diluyendo cuando los niños o adolescentes comienzan a vivir en un entorno con violencia intrafamiliar.

Ante esto, la socióloga Mieres destacó que todos estos factores, así como la inseguridad y la fractura de los valores éticos aceleran el deterioro en la familia.

Emilin Piña, abogada y magíster de orientación para padres y madres, agregó que la falta de educación para resolver conflictos hace que la confrontación se imponga sobre el diálogo.

«Lo que vemos es una espiral de violencia que comienza desde el más alto eslabón de la familia hasta llegar al niño más pequeño».

Piña detalló que el uso de ofensas, groserías y ataques en distintos ámbitos en el país se ha trasladado a la vida cotidiana, normalizando la violencia verbal.

«En el seno familiar, esa dinámica ha generado ambientes tensos, fragmentados y con menor capacidad de diálogo constructivo, afectando más que todo a los niños y adolescentes», comentó la abogada Piña.

Fractura de vínculos familiares: Origen y manifestación de la violencia intrafamiliar

El impacto en los niños y la necesidad de prevención

El impacto de esta descomposición no se limita al hogar. A veces, los pequeños y jóvenes cargan con la tensión, la incertidumbre y la violencia, lo que afecta su rendimiento académico, su autoestima y sus relaciones con las demás personas.

La psicopedagoga, Enmilder León, dijo que cada niño procesa las experiencias familiares de manera distinta, pero cuando el hogar atraviesa ruptura o episodios de violencia, es común que se presenten cuadros de ansiedad, insomnio, anhedonia (incapacidad de experimentar alegría o placer) y bajo rendimiento escolar.

«Las crisis emocionales se hacen visibles en la conducta, en el aprendizaje y en la manera en que se relacionan con sus padres», dijo León.

Para León, la familia es determinante en el desarrollo infantil porque de ella dependen tanto el aprendizaje como el desenvolvimiento social. «Cuando los niños crecen en medio de conflictos prolongados, suelen mostrar desinterés social, aislamiento, dificultades en el procesamiento de la información y hasta disociación».

Clara Bravo, miembro de la Asociación de Orientadores de Lara, coincidió en que los hijos son los más vulnerables a los conflictos del hogar. Detalló que suelen cambiar sus hábitos de alimentación y de sueño, retraerse en la escuela o mostrar conductas agresivas.

Bravo destacó que la falta de estabilidad familiar afecta la seguridad física y emocional de los niños y adolescentes, limitando sus relaciones sociales y su comunicación.

Bravo detalló que los conflictos familiares llevan a los niños y jóvenes a problemas de salud mental y explicó que es algo que docentes deben seguir de cerca.

La profesora Laura Igarra, presidenta del Colegio de Licenciados en Educación, acotó que la descomposición familiar es un problema grave, que en la mayoría de los casos ocurre en familias disfuncionales.

«El docente observa a diario a un niño y le puede brindar apoyo y protección, pero su integridad se pierde cuando llegan a casa, por eso se debe evaluar a los padres para conocer qué está pasando en casa», dijo Igarra.

La prevención es el camino más efectivo para enfrentar la descomposición familiar. Docentes, orientadores y padres deben trabajar en conjunto para ofrecer a los pequeños y jóvenes un entorno seguro y de confianza.

Clara Bravo, orientadora, indicó que prevenir significa adelantarse a lo que pueda suceder. Dijo que los padres deben analizar la situación que están viviendo y, si no es posible llegar a acuerdos y solución, deben reunirse con los hijos y explicar lo que está sucediendo.

Bravo resaltó que la familia debe crear un ambiente seguro para que los niños expresen sus sentimientos y de ser necesario buscar apoyo profesional que les brinden estrategias.

«Si una familia está en procesos críticos es indispensable buscar ayuda profesional para obtener herramientas adaptadas a la necesidad de cada grupo y a la dinámica familiar», dijo Enmilder León, psicopedagoga especializada en Trastorno del Espectro Autista (TEA).

Noticias relacionadas

No te pierdas

Coros van más allá de lo sacro y exploran repertorio popular

Coros en Lara atraen a niños y adultos mayores, ofreciendo beneficios formativos y de socialización, explorando repertorios que van de lo sacro a la música popular latinoamericana.

Redes sociales