Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- «Nadie negocia si no se siente presionado para hacerlo. En ese sentido, el gobierno de Nicolás Maduro tiene varios frentes de presión a nivel internacional que le generan una profunda vulnerabilidad. Por un lado el peso de unas sanciones económicas y personales impuestas por Estados Unidos, y por otro la amenaza del entorno inmediato de la cúpula de poder, que pudiera significar ir a un juicio en la Corte Penal Internacional (CPI)», así lo considera Giovanna De Michele, internacionalista.
Sostiene que aunque la oposición democrática está visiblemente dividida, la comunidad internacional en pleno sólo reconoce el liderazgo opositor de Juan Guaidó. «Los países han hecho un gran esfuerzo por identificar casi de manera quirúrgica cuáles son los voceros de la oposición con quienes pueden interactuar, por eso Capriles ni María Corina Machado tienen espacio a nivel internacional», resaltó.
Hay una delegación unitaria de la oposición en EE. UU. buscando apoyos para lograr una negociación política con el Gobierno venezolano. ¿Qué tipo de frutos pueden dar estas reuniones?
Hablar de una delegación de la oposición unitaria es sobrevalorar el peso de esa delegación. Quienes estamos en Venezuela y conocemos las vísceras de la situación política, sabemos que eso no es cierto. La oposición venezolana es absolutamente heterogénea y atomizada. Sin embargo, creo que lo que están haciendo es absolutamente valioso, porque no es posible una solución en Venezuela sin el apoyo de la comunidad internacional no sólo para lograr la salida de Nicolás Maduro, sino para lograr la aceptación de lo que pudiera venir después del cambio de gobierno.
¿El Gobierno se siente realmente amenazado para aceptar una negociación?
Maduro tiene varios frentes abiertos a nivel internacional que le generan una profunda vulnerabilidad, uno es el tema de Estados Unidos y las sanciones que han tenido un impacto tremendo en la capacidad de maniobra de la administración de Nicolás Maduro. También está el tema de la Corte Penal Internacional (CPI), el hecho de que no haya existido un pronunciamiento por parte de la fiscal general de la CPI saliente, Fatou Bensouda es altamente significativo.
¿A qué se refiere? Hay quienes dicen que las decisiones de la CPI no tienen ninguna implicación política.
No debería haber una implicación política en la decisión que se tome a nivel de la CPI, eso es verdad desde el punto de vista teórico y lo que establece el Estatuto de Roma, pero todos sabemos que en relaciones internacionales, el kit del asunto siempre es una puja constante entre la norma y el poder. Si bien Maduro ha hecho un gran esfuerzo por dilatar el pronunciamiento de la fiscalía de la CPI de llevar a juicio por crímenes de lesa humanidad a varios altos funcionarios, y aún cuando esos nombres no han sido revelados, es fácil suponer que es el entorno más inmediato de la cúpula de poder. Entonces evidentemente si algo se pudiera hacer para atenuar el impacto de un juicio en la CPI, quienes saben que pueden estar allí retratados, pudieran hacer algo para minimizar el peso de la justicia internacional y eso probablemente se esté debatiendo en esas conversaciones a nivel internacional.
¿Quiénes deberían ser los miembros que integren esa mesa de negociación para que genere confianza en la población?
El Gobierno suponemos que está atomizado, pero esa atomización no es visible a la opinión pública, la manejan a puertas adentro. Maduro está en el poder, y su círculo más cercano está en el poder, ellos son quienes rigen las leyes en este país, determinan cuáles son tus obligaciones y cuáles son tus derechos. Entonces, cualquier negociación tiene que incluirlos a ellos, porque ellos son los que en un momento determinado tendrían que salir del poder o ceder espacios.
¿Y del lado opositor?
En la oposición el asunto es más complejo, porque la atomización es identificable, la posición que tiene el sector que apoya a María Corina Machado es perfectamente visible, igual que la posición que apoya al señor Juan Guaidó, y es perfectamente visible la posición que tiene ese pequeño sector que, supuestamente representa a la oposición y que está en la AN, entonces todos esos sectores juegan a la hora de tener que aceptar una decisión o un eventual acuerdo. Es decir, si se logra un acuerdo digerible por la mayoría del pueblo venezolano, ya eso sería un gran paso y obligaría a los otros sectores de la oposición contrarios a la figura de Guaidó, muy probablemente a aceptar lo que se acuerde o a bajar el nivel de presión para marcar un rumbo diferente.
¿Quién debe llevar la batuta de esta posible negociación, Washington o los venezolanos?
La deben llevar los venezolanos. El contenido de la negociación lo debemos decidir los venezolanos, pero hay que reconocer que hay una gran presión que viene desde Washington que también ha jugado un papel importante. Si el Departamento del Tesoro en los Estados Unidos no hubiera tomado las decisiones de limitar la capacidad de Nicolás Maduro para manejar los recursos financieros de Venezuela y del exterior, pues a lo mejor el gobierno no se sentiría tan presionado para ir a una mesa de negociación. Si la Unión Europea no hubiera hecho tanta presión por llevar adelante sanciones vinculadas a violaciones de derechos humanos, a ruptura del orden democrático, pues Maduro no tendría ni siquiera necesidad de mandar a su canciller o a su vicepresidente a los países europeos a tratar de hacer lobby.
¿Qué peso puede tener aliados políticos del Gobierno como Cuba, China, Rusia, en las negociaciones de Venezuela?
Cuba es un país que está tratando de sobrevivir a su propia crisis interna, que siempre ha necesitado una suerte de protector internacional, y que no puede patrocinar a Venezuela más allá de un apoyo moral. Rusia, presidida por Vladimir Putin que tiene una gran nostalgia por aquel poder hegemónico que en algún momento tuvo la Unión Soviética, en la actualidad no tiene capacidad económica ni credibilidad internacional ni capacidad militar para ser un apoyo para Venezuela. A China lo que le interesa es controlar recursos naturales y mercados productivos en el mundo entero. Es decir, que si llegara un nuevo gobierno a Venezuela que le garantizara a China igualmente el acceso a los mercados, Pekín probablemente no tendría ninguna dificultad en que el huésped en Miraflores sea otro que Nicolás Maduro.
¿Qué efecto causa en la comunidad internacional que la oposición se encuentre cada vez más fragmentada?
Esa atomización de la oposición, así como la percibimos nosotros la percibe la comunidad internacional. Por eso es que en la comunidad internacional se ha hecho un gran esfuerzo por identificar casi de manera quirúrgica cuáles son los voceros de la oposición con los cuales poder interactuar, por eso es que Capriles no tiene ningún espacio a nivel internacional, por eso es que María Corina Machado ha visto reducido su espacio a nivel internacional. Si nosotros buscamos los apoyos de gobiernos extranjeros a la oposición venezolana, vamos a ver que en su totalidad van dirigidos a la oposición representada por Juan Guaidó. Los otros se consideran como minoritarios.
Nicolás Maduro dijo que no está aislado. ¿Esto realmente es así?, ¿Maduro no está preso en Venezuela?
No, yo creo que eso es tratar de convencerse él mismo de algo que sabe que no es verdad. Sí, definitivamente hay una situación de aislamiento, tanto aislamiento internacional hay, que en el mundo hay 193 países y Maduro sólo cuenta con dos. Si eso no es aislamiento ya quiero que alguien me explique qué es aislamiento internacional.
El gobierno permitió algunas excarcelaciones de presos políticos, un CNE con dos rectores opositores e ingresó el Plan de Alimentación de la ONU. ¿Esto está siendo tomado en cuenta por la comunidad internacional para negociar?
Están siendo tomados en cuenta como evidencia de una situación de desesperación. Lo único que ha hecho es tratar de dar algunas señales de disposición a rectificar en áreas en las cuales se ha mantenido absolutamente hermético y empecinado. Por ejemplo: aceptar la ayuda humanitaria por parte de Naciones Unidas y Cruz Roja Internacional lo único que hace es ratificar su fracaso, porque si no hubiera fracaso no necesitaría que Naciones Unidas enviara alimentos.
¿Es conveniente que la oposición mantenga la figura de gobierno interino?
No. Yo creo que hablar de un gobierno interino no fue un acierto, porque cuando tú tienes una nación con tantas necesidades como es Venezuela, la sociedad espera que le resuelvan su problema, y hablar de un gobierno interino era darle a entender a esa nación desesperada que había alguien capaz de darle solución a sus problemas cotidianos, transcurrido el tiempo se ha demostrado que ese gobierno interino no tiene la capacidad de resolver los problemas cotidianos de alimentación, salario, empleo, inflación, seguridad.
¿El argumento que tiene la oposición es que el gobierno interino defiende los activos de la nación que están bloqueados?
Sí, pero eso es algo que no resuelve los problemas cotidianos, ese es el problema cuando desde la oposición se trazan objetivos que son tan altos que no llegan ni al estómago ni al corazón ni al alma del necesitado.
«No perciben los hechos de Apure como un conflicto armado»
Según la internacionalista Giovanna De Michele, los enfrentamientos armados entre una guerrilla disidente de las FARC y militares venezolanos registrados en Apure desde el 21 de marzo, más los ataques protagonizados por grupos criminales en el territorio venezolano incluyendo la capital de Venezuela, no son percibidos por la comunidad internacional como un conflicto bélico, sino como una situación de violencia extrema de seguridad pública.
«Muchos gobiernos han emitido alertas a su población, por ejemplo para que no haya turismo en Venezuela, eso es una manera de manifestarse, no lo ven como un conflicto armado porque verlo así sería darle reconocimiento de beligerancia a estos grupos delictivos que son eso, son grupos delictivos», manifestó.
Indicó que el gobierno venezolano debe explicar por qué una guerrilla colombiana tiene fuerte presencia en el territorio, y por qué utilizan armamento militar venezolano. «Cómo es posible que para lograr la liberación de ocho militares venezolanos hubo que hacer un alto al fuego en la frontera, quiere decir que hay que reconocer de alguna manera que hay un control que se ha perdido por parte del Estado venezolano», dijo.