Jesús Pérez | LA PRENSA de Lara.- Evo Morales cumple una semana en México en calidad de asilado político luego de renunciar el domingo, 10 de noviembre, a la presidencia de Bolivia por un llamado «golpe de Estado» en su contra.
Al renunciar Evo, Bolivia quedó en un limbo político, pues el vicepresidente Álvaro García Linera también dimitió de su cargo. En ese momento, Adriana Salvatierra, presidenta del Senado, sería quien asumiera las riendas del país, sin embargo también renunció.
En ese momento, la senadora opositora, Jeanine Añez, asumió el rol de presidenta interina de Bolivia.
«En caso de impedimento o ausencia definitiva de la Presidenta o del Presidente del Estado, será reemplazada o reemplazado en el cargo por la Vicepresidenta o el Vicepresidente y, a falta de ésta o éste, por la Presidenta o el Presidente del Senado, y a falta de ésta o éste por la Presidente o el Presidente de la Cámara de Diputados. En este último caso, se convocarán nuevas elecciones en el plazo máximo de noventa días«, reza el Articulo 169 de la Constitución boliviana.& ;
Ahora, se espera que Añez convoque a nuevas elecciones generales, donde Evo aseguró que no se presentaría como candidato.
Durante una entrevista al Clarín, Morales contó que no tiene previsto, por ahora, volver a ejercer un cargo presidencial, en su lugar desea volver a su pueblo de origen y abrir un restaurante de pescado.
¿Pero quiere volver a ser presidente?
«Por ahora, fortalecer nuestro movimiento político. Eso es por ahora. Y segundo, claro, mi gran deseo cuando termine mi gestión como presidente es ir a mi región y hacer un restaurante de tambaqui, que es un pescado. Yo los sirvo. Cobro el plato y, de paso, la foto te cobro«, respondió.& ;
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