Agencias | LA PRENSA de Lara.- La Dra. Ramona Matos Rodríguez, una especialista en medicina integral de Cuba que participó entre 2008 y 2014 en las misiones de salud enviadas a Bolivia y Brasil, reveló una serie de irregularidades en el famoso programa médico de la isla que ya llegado a más de 60 países.
La profesional de la salud fue miembro de las misiones médicas de Cuba en Bolivia, entre el año 2008 y 2011, y en Brasil, del 2013 al 2014. Ella contó a Radio TV Martí los esfuerzos que hacía el Gobierno cubano para que los doctores se quedaran en los países, tal como despojarlos de su pasaporte.
«El pasaporte nuestro nos lo entregaron en La Habana en la mano, ahí yo lo tuve las 6 horas que dura el viaje. En Bolivia estaba una señora cubana en el aeropuerto, y ella después que pasábamos por Aduana nos quitaba el pasaporte, y estábamos en Bolivia sin identificación», comentó Rodríguez.
La doctora contó que, cuando llegó a Bolivia fue asignada a laborar en un pequeño poblado en el Amazonas. Para ella fue una experiencia de «horror» pues tuvo que inventar estadísticas de los pacientes e incluso desechar los medicamentos que debían entregar para que su historia «cuajara».
«Porque la doctora que estaba ahí, que era la única en el pueblo, me dijo que teníamos que inventar la estadística de los pacientes vistos, y todo tenía que cuajar, el diagnóstico que tú dabas con los medicamentos porque los medicamentos de la farmacia en los puestos médicos quien los enviaba era Cuba», señaló la profesional.
Añadió que vio en la farmacia medicamentos que en ese momento, en Cuba, estaban en déficit, y «al tener que inventar los pacientes y las estadísticas teníamos que desechar esos medicamentos, esas ámpulas (ampollas) teníamos que romperlas o enterrarlas porque no debía haber exceso de medicamentos cuando supuestamente habíamos visto 30 pacientes diarios».
Narró que había una fuerte presión para cumplir con ciertas metas, de consultas y operaciones, y si esas metas no se alcanzaban, los profesionales eran enviados de regreso a Cuba, y sin el pago total ofrecido.
«En la época de las lluvias nos trasladaron a Potosí, y tenían (ella y otros colegas) que salir a los mercados buscando pacientes para operar en la Operación Milagro. Y si tú no llevabas esa meta, usted va de regreso a Cuba, pierde su misión y el dinero que trabajaste todo ese tiempo», dijo.
«En Brasil, me di cuenta que había algo oscuro con respecto a nosotros y el resto de médicos, de Colombia, etc. Nos montaron en un avión militar donde no había ni asientos, hasta llegar al Amazonas. Ahí limitaban tu movimiento, a las 6 de la tarde tenía que pedir permiso para comprar pan o cigarros, y tampoco podía estar relacionada con connacionales, porque a las 6 p.m. una de las doctoras de mi grupo daba el parte al de la OPS y le decía que «todos están en la casa, nadie ha salido».
Con información de: ADN Cuba
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