Giménez | Hernández.- Unos 120 paciente renales de la Unidad de Diálisis Barquisimeto se quejaron porque los tratamientos estaban suspendidos.
Al parecer la rotura de una tubería de aguas blancas fue lo que ocasionó el retraso.
Sólo les dijeron que estaban haciendo todo lo posible para solventar el inconveniente, pero es algo que escapaba de sus manos, fue la respuesta. Dicen que están haciendo lo posible para repararlo, pero que escapa de sus manos.
Para los pacientes esto es falta de respeto porque para eso hay una administración y un director médico que tiene que dar la cara y soluciones.
“Las máquinas son nuestras vidas, mientras una persona sana tiene su riñón que le funciona 24 horas al día nosotros tenemos uno funcionando 3 veces a la semana que ya se ve reducido a sesiones de dos horas, de 6 horas que son normalmente”, comenta Yadira Torrealba.