Osman Rojas | LA PRENSA.- Cada domingo en la mañana los integrantes de la familia Salazar se reúnen para preparar sopa, jugos y dulces. El objetivo es salir al campo de béisbol que está en el barrio El Carmen para vender lo que cocinan y recaudar dinero para una mujer de 41 años que sufre de cáncer de mama y necesita aplicarse quimioterapias una vez cada quince días.
Caracterizados por ser una familia pequeña los allegados a la señora de Salazar dejaron la pena a un lado. Subir a rutas o pedir en las calles es otra de las estrategias utilizadas una vez al mes para recolectar dinero y poder cumplir con el tratamiento oncológico que la mujer requiere.
“No tenemos 80 mil bolívares para pagar por una sesión en una clínica”, revela Mileidy Salazar, única hija de la señora.
Ésta es una historia que ejemplifica el drama que los pacientes oncológicos deben vivir en el estado. La galopante inflación y la escasez de medicamentos de alto costo ha elevado de un día para otro las quimioterapias en la entidad golpeando duramente el bolsillo de los enfermos que ahora deben disponer de 80 o 100 mil bolívares para poder cumplir con sus tratamientos y cuyo costo varía de acuerdo al tipo de cáncer.
“Uno entiende que la situación país hace que todo el dinero se vaya en comida y gastarlo en una enfermedad da tristeza”, dice la señora de Salazar con voz quebrantada.
Un paciente con cáncer que necesita quimioterapias debe someterse a 8 o 10 sesiones a Bs. 100 mil cada una, lo que significa que podría gastar hasta un millón de bolívares en tratamiento. “Hay que ir a las clínicas porque en la red pública no hay cupos y esta enfermedad no espera”, concluye.