Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- La algarabía se mezclaba con la Palabra de Dios durante la misa de acción de gracias oficiada por el padre Badoglio Durán, en la Catedral de Barquisimeto. Fue ese doble gozo que ayer hacía palpitar con más fuerza los corazones de los estudiantes por el 111 aniversario de su escuela básica Dr. José Gregorio Hernández y los 159 añ;os del natalicio del beato. Todo con el recordatorio de seguir el ejemplo de este hombre de la ciencia, prestado a servir al más necesitado.
La curiosidad y energía de los niñ;os se apreciaba al mantenerse sentados en los bancos, disfrutando de esa manera particular y llamativa del padre Durán para resaltar la Palabra Sagrada entre la feligresía infantil. Los monaguillos también eran alumnos de esta escuela y el resto de los presentes se mantenían atentos a esa misa cantada que resaltaba la obra del «médico de los pobres» y su entrega hacia el prójimo.
«¡;Dios es amor!, así como lo fue José Gregorio Hernández», exclamaba el padre, al resaltar el carisma y disposición de ayudar del casi santo. Un ejemplo para este nuevo semillero, sobre comprensión y solidaridad. El sacerdote animaba a acompañ;ar con las palmas, así como con pisadas fuertes que simulaban un efecto de percusión y de subir los ánimos mientras interpretaban la canción infantil «La chivita», con un juego de palabras que reta en una divertida retahíla de frases.
Al finalizar la eucaristía, los niñ;os salieron dirigidos por sus docentes hacia la escuela aledañ;a a la Catedral. Algunos cumplieron con la asignación de llevar puesto un sombrero, mientras unas cuantas niñ;as también lucían unos abanicos. Eran implementos alusivos a la época de José Gregorio Hernández y que debían ser elaborados con material de reciclaje.
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